lunes, 3 de octubre de 2011

Bolivia, los cambios llegan desde la Amazonía


La gran marcha indígena de 1990 desde Trinidad y la que se organizó en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro- Sécure (TIPNIS) en setiembre de este año y que prosigue pese a la violenta represión son una muestra de que los cambios y las transformaciones llegan desde la Amazonía.

“Esta marcha -como la del 90- tiene la virtud de volver a poner sobre el tapete el reclamo de respeto a la diversidad y la dignidad”, escribe Alfonso Alem Rojo, un destacado analista y político
Boliviano. En efecto, en junio de 1990 arrancó LA PRIMERA gran marcha desde el oriente del país, de Trinidad, la capital del Beni. Las demandas planteadas por la Confederación Indígena del Oriente de Bolivia (CIDOB) al gobierno de Jaime Paz Zamora fueron dignidad, reconocimiento a las tierras y territorios indígenas y la instalación de una asamblea constituyente.

La marcha “Por el territorio y la dignidad” de 1990 fue el inicio del derrumbe del anacrónico e injusto sistema político
Boliviano, preparó el terreno para la llegada de Evo Morales Ayma y para la refundación y creación de un Estado Plurinacional en una nación con un 70 por ciento de población indígena y gobernada históricamente por una minúscula élite de origen y mentalidad coloniales.

Pero dialécticamente y como una ley de la historia todo proceso de cambio tiende a anquilosarse, fagocitado y parasitado por contradicciones internas y paralizado por los cantos de sirena de los adversarios externos. La marcha del TIPNIS sacude ahora ese anquilosamiento y paralización y pone sobre la mesa las agendas pendientes: mayor representación indígena, derecho a la consulta previa y autonomía plena en sus tierras y territorios, entre otras demandas de la sociedad Boliviana.

Pero sobre todo pone en cuestión el neoextractivismo, la lógica extractivista del neoliberalismo a ultranza justificada en
Bolivia, Ecuador y Brasil por la necesidad de la extracción de la riqueza natural a cambio de resolver los problemas sociales y económicos de los pobres. Conozco el Parque Nacional Isiboro-Sécure y la carretera que allí se intenta construir simplemente sería el fin de ese banco genético y una amenaza para la vida de los pueblos indígenas que habitan allí ancestralmente.

La marcha indígena del TIPNIS debe hace repensar a Evo Morales Ayma -algo que siempre personalmente le hemos insistido- que es fundamental
.
Róger Rumrrill

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