Un día como hoy, hace once años, Alberto Fujimori, un presidente peruano, con cara y apellido japonés, llegó a dicho país y decide renunciar a la Presidencia vía fax, hecho que puso fin al gobierno más corrupto de la historia de la República.
Tokio 19 de noviembre del 2000, decía en la parte superior de la carta que Alberto Fujimori le envió al presidente del Congreso de la República, Valentín Paniagua, en la que le informaba su decisión de renunciar al cargo "luego de meditar sobre la necesidad de abrirle camino a un nuevo proceso político nacional".
El 7 de noviembre había ordenado que efectivos policiales allanen de madrugada la vivienda de Vladimiro Montesinos e incauten 40 maletas con documentos, libros, videos, joyas y pertenencias del exasesor. Días después, Fujimori viaja al sultanato de Brunéi para asistir a la cumbre presidencial del Foro Asia Pacífico (APEC). Su partida se hace subrepticiamente, desviando la atención de la prensa para dirigirse al aeropuerto.
En dicha cumbre, Fujimori solo permaneció un día para luego ir a Japón y renunciar a la Presidencia del Perú vía fax y refugiarse bajo la condición de ciudadano japonés.
El exprocurador Ronald Gamarra se refirió al tema: “Probablemente sea uno de los hechos más vergonzosos de la historia del país. Era un presidente asediado por una ola de escándalos de niveles inimaginables de corrupción que planea la fuga del país aprovechando una reunión de APEC para renunciar por fax sin dar la cara y refugiándose en una nacionalidad distinta”.
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