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| foto Acuña - Juan Guevara |
En un intento desesperado por contrarrestar el impacto negativo que ha significado descubrir plagio tras plagio del candidato presidencial, Cesar Acuña, su equipo de campaña, confiando seguramente en la estupidez de muchos peruanos, intenta establecer un símil entre éste y la personalidad histórica de Martin Luther King, al señalar que el ilustre predicador, premio Nobel de la paz, también plagió para elaborar su tesis, y que muchos de sus sermones también fueron plagiados.
La lógica que utiliza su equipo, es que si ambos están en las mismas condiciones, ¿por qué estancarnos en el plagio cuando la vida va mucho más allá?
Y la respuesta no es que queramos regodearnos en el plagio, si no que, mientras uno de los citados hizo trampa para después poner sus conocimientos, logros y su vida misma (murió asesinado), al servicio de una causa justa, el otro tuvo otros objetivos nada humanitarios, ¿verdad?, así que no cabe comparar a uno que plagió para, posteriormente, servir a la humanidad, y otro que plagió para servirse asimismo (plata como cancha).
Y si alguna duda cabe al respecto, basta ver aquí en Junín de la gente que está rodeado el candidato al que pretenden comparar con un luchador social de trascendencia mundial. ¿El fin justifica los medios? Para uno sí; para el otro está por demás decirlo.
Carlos Bolaños Huaman
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