Los dos últimos viajes realizados a Huamanga, capital de la región Ayacucho, ha aportado nuevos rasgos del rostro del narcotráfico en esta ciudad de las 33 iglesias. ¿Cuáles son los principales hallazgos de las investigaciones? ¿Qué nuevos elementos caracterizan la presencia del narcotráfico en esta región? Veamos sumariamente, con cargo a ampliarlos posteriormente.
En primer lugar, dos testimonios de ciudadanos huamanguinos antiguos, que en esta ciudad se empezó a procesar pasta básica de cocaína (PBC) desde los primero años y se extendido hasta 1983, ya en pleno conflicto con SL. El primero observo varias pozas en en una casa vecina y el segundo, siendo funcionario estatal, encontró una pozas de 3 de ancho por 10 de largo.
Estos testimonios revelan que Huamanga es una zona de origen de narcotráfico desde hace más de cuarenta años en Ayacucho, es decir en los años iniciales de la década de los 70 y se prolonga hasta los primeros años de los 80. Es decir que se procesaba PBC en la ciudad de Huamanga. No venia del VRAE ni de Huanta, donde se procesaba los "quesos" o la pasta bruta desde 1947-1948. Posteriormente, y de manera desigual, eso se traslada al VRAE.
En segundo lugar, teniendo en cuenta que el origen del narcotráfico en Huamanga tiene sus orígenes en los primeros años de la década del 70, hemos recibido tres testimonios espontáneos que señalan que en la ciudad de Huamanga no solo existen pequeños y medianos patrones de firmas que lavan activos en varios distritos urbanos de esta provincia, sino que existen verdaderos narcocapitalistas o narcoburgueses. Esto cambia
Efectivamente, se ha identificado entre cuatro a cinco narcoempresarios que tienen grandes empresas que se mueven, principalmente, en el mundo de la construcción y servicios. Flotas de trailers, de tractores (que fluctúan entre 30 a 50 en algunos casos), de cargadores frontales, de camionetas del año e innumerables propiedades, grifos y empresas de transporte. Son empresas que han logrado trascender a Huamanga y proveen de servicios a grandes empresas nacionales o que obtienen importantes contratos en Lima y otras regiones.
Estos narcocapitalistas o narcoburgueses huamanguinos o de otras provincias de Ayacucho y regiones operan con total impunidad. No existe, más allá de algunos casos excepciones, investigaciones de lavado de activos en contra de ellos. Por esa razón, estos patrones de firmas de envergadura nacional se presentas como empresarios emergentes y exitosos. Son narcos que se ocultan como empresarios legales.
Eso quiere decir que el lavado de activos procedente del tráfico de drogas -¡¡De que otra actividad se puede lavar activos en Ayacucho¡¡- es un proceso que permea el tejido social y económico de Huamanga y otras zonas de Ayacucho (Huanta, San Miguel, Tambo y el mismo VRAE). Existe, pues, una economía "narcotizada" a niveles que no se conocía. Eso está indisolublemente ligado al tráfico de drogas por Huamanga, la misma que -según una fuente oficial- se ha intensificado. "Todo es tráfico en Huamanga", dijo