lunes, 1 de enero de 2018

Nativos Machiguengas recuperan la fe en el gobierno gracias a Agrorural.


Proyectos del Ministerio de Agricultura les permitirá desarrollar actividades productivas

Los máximos líderes de tres comunidades nativas Machiguengas del distrito de Echarati, en la provincia cusqueña de La Convención, saludaron la presencia de Agro Rural en sus territorios y anunciaron su deseo de incorporarse al Proyecto de Desarrollo Territorial Sostenible que impulsa el Ministerio de Agricultura y que les permitirá convertirse en generadores de pequeñas empresas.

Sandoval Cárdenas Dominguez, presidente de la Comunidad Shimaa; Félix Tipe Villanueva, presidente del Comaru, Consejo Directivo del Río Urubamba y Leonidas Lazo Gushi, Jefe de la Comunidad Nativa Poyentimari , coincidieron en señalar que el olvido se acabó y que Agro Rural les cambiará la vida.

Los tres dirigentes estuvieron como observadores en el lanzamiento del Proyecto de Desarrollo VRAEM, realizado en Pampas de Tayacaja, en Huancavelica, y anunciaron que organizarán a sus comunidades para postular a los créditos otorgados por el Gobierno y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrario – FIDA.

“Regresaremos a nuestras comunidades a preparar nuestros proyectos, y estoy seguro que el próximo año seremos considerados en la entrega de partidas económicas para mejorar nuestros productos y salir de la pobreza”, dijo emocionado Sandoval Cárdenas Domínguez.

“Todos somos iguales, todos somos personas. La diferencia de repente está en que, como nativos Machiguengas, tenemos nuestro dialecto y no nos entendían o no querían entender. ¿Si somos peruanos, si también tenemos derecho a recibir ayuda, por qué nos tenían marginados?”, preguntó.

Tras sostener que con la presencia de Agro Rural y del Proyecto VRAEM sienten que las cosas están cambiando, Sandoval Cárdenas se quejó de la desatención de las autoridades del Cusco y de La Convención.

“Hemos presentado una cantidad enorme de papeles y de documentos, y nunca nos atendieron ni nos respondieron. Necesitamos carreteras, postas médicas, mejores escuelas. Queremos que nuestros hijos sean profesores, ingenieros médicos. Somos machiguengas pero tenemos los mismos dueños que los demás. No somos diferentes. Cómo no sentirse indignado con este maltrato”, remarcó.

Shimaa es una comunidad que sobrevive gracias a la venta de productos como el café,

cacao, maíz, achiote y plátanos a las comunidades vecinas.

A diferencia de las comunidades andinas, los jóvenes de Shimaa no emigran en busca de nuevos horizontes, porque han crecido en un ambiente en el que el contacto con otras poblaciones es mínimo.

Por eso sus dirigentes se han puesto como meta la construcción de una carretera que los acerque a ese mundo que sigue siendo desconocido para los niños y que les permita vender sus productos fuera de sus fronteras para elevar la calidad de vida de sus familias.

Esa esperanza ya tiene un nombre: Proyecto de Desarrollo Territorial Sostenible - VRAEM, dependiente de Agro Rural y del MINAGRI, con el apoyo del FIDA.