Los ecuatorianos se pronuncian en las urnas sobre una propuesta del mandatario socialista Rafael Correa para prohibir la lidia.
"¿Está usted de acuerdo que en el cantón de su domicilio se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal?", reza la pregunta que Correa aseguró haber incluido en la consulta por pedido de jóvenes antitaurinos.
Según el mandatario, las corridas de toros son un "acto cruel que viola los derechos de la naturaleza" consagrados en la Constitución.
Correa intentó matizar, a mitad de campaña, su planteamiento indicando que solo se suprimiría la muerte del toro en el ruedo, pero no las corridas, que según él se podrían desarrollar como en Portugal, donde los astados son sacrificados tras las faenas.
Las asociaciones taurinas consideran "vaga y engañosa" la interrogante, y se apegan al texto en cuanto a que el fin es prohibir el espectáculo.
"Tenían que redactar la pregunta en los términos más vendibles y demagogos para no verse afectados, pero la intención es eliminar las corridas y con ello unos 100.000 empleos", dijo a la AFP el matador Guillermo Albán.
Aún en el caso de que solo se prohíba el sacrificio en la arena, "esto sería la antesala de la desaparición" de la lidia, cree Santiago Aguilar, portavoz de un gremio que promueve los espectáculos tradicionales.
Aguilar recordó a la AFP que una norma en tal sentido, promulgada en Cuenca en 2005, provocó que "no se haya vuelto a dar un espectáculo taurino" en la tercera ciudad de Ecuador, donde las primeras corridas se celebraron en 1576 durante la colonia española.
Miguel Calahorrano, presidente de la Unión de Toreros, estima además que adoptar la modalidad portuguesa denota "doble moral". Allí, el toro "entra por la puerta del chiquero y lo matan, de lo que se acabó la corrida no pasan tres minutos y lo sacrifican", dijo a la AFP.
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