sábado, 4 de agosto de 2012

Competitividad y corrupción


Un reciente foro sobre el gas virtual nos confirma que Junín a perdido competitividad hace varios años. Si la situación sigue así las grandes inversiones no vendrán por más que hagamos declaraciones públicas de buena voluntad. Los turistas no llegan como se espera porque hasta ahora no hemos logrado construir un elemento turístico, tan sólo uno, que sea el mayor atractivo regional de trascendencia nacional. Según el Foro Económico Mundial Suiza, Alemania y Francia, en el mundo, y México, Costa Rica y Brasil, en Latinoamérica, encabezan los países con mayor competitividad turística. El Perú está en puesto 69 a nivel mundial y puesto 13 a nivel regional. A nivel nacional, según la Universidad Católica de Lima, Junín ocupa el puesto 14 en competitividad. Ya lo hemos dicho, necesitamos construir alrededor de un elemento un potencial económico, como lo hacen los alemanes con la cerveza y los navarros con el toro, colosales acontecimientos turísticos.

La competitividad es un conjunto de variables que le permiten al consumidor elegir el producto que cree más conveniente. El consumidor hoy en día es más exigente. Ya no sólo busca precios sino calidad. El nivel de ingresos le permite ciertos lujos y consume más y mejor sin tomarle atención al precio. La relación precio-calidad, la que se aprende en toda escuela de negocios, es vital para no estar fuera de competencia. Si Junín está fuera de competencia es hora de revisar esa relación. Hacer una reingeniería a la imagen, disponibilidad y oportunidad de todos los productos para atraer a los clientes. Los productos, bienes y/o servicios, cualquiera sea su naturaleza, deberán estar de acuerdo a los nuevos tiempos si el objetivo es atraer nuevos mercados. Los nuevos mercados están fuera de nuestros linderos y son muchísimo más exigentes. Probablemente quienes lideran la región y tienen suficientes conocimientos sabrán al dedillo todos estos conceptos. Lo que falta entonces es el espíritu de grupo, la idea de asociación, el objetivo común y la sensatez suficiente para hacer lo correcto y lo viable. Hagamos un esfuerzo por vincularnos unos a otros por el bien común, dejando el capricho y el interés personal.

La corrupción es la principal preocupación por ser el mayor flagelo que impide el crecimiento y desarrollo. Muchas de las decisiones corruptas afectan la gestión pública y en consecuencia a los resultados que se ofrecen a la población. La corrupción es el peor enemigo de la competitividad. Junín puede dar fe: malos en competitividad pero buenos en corrupción. No saldremos del atolladero si persiste la estrategia demagógica de los políticos tradicionales, quienes con su improvisación y mediocridad asaltaron los puestos públicos y son ahora los desocupados quienes dirigen los destinos de los que generan riqueza trabajando. Es la percepción de la población recogida en todas las encuestas.

Manuel A. Gago                                

1 comentario:

  1. El crimen organizado y la seguridad familiar

    La ambición es la base de todo tipo de corrupción. Todos somos ambiciosos y por ende estamos predispuestos a la corrupción, pero la corrupción organizada (crimen organizado), es el peor mal, para un Estado débil, como lo que está pasando en México.

    Aceptar una propuesta de corrupción, como la pérdida de un expediente, no solo te expone, sino también, expone la salud y seguridad familiar.

    La clientela, el patronazgo, la subasta de cargos, extravío de expedientes etc. En ausencia del Estado, o ante la debilidad de éste, se recurra a ellos, sin tener en cuenta, que el crimen organizado lo convierte en una forma de control y chantaje (no odies lo que eres, odia en lo que te han convertido) .

    El liberalismo no es otra cosa que el control de los militares. Para invadir económicamente un país solo tienes que controlar a los militares (la política de prevención de Bush). No es raro que exista esta mayor tolerancia con la corrupción en países como, Italia.

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