lunes, 19 de agosto de 2013

Murío Monseñor William Dermott Molloy McDermott Obispo de Huancavelica



“Nuestro querido Obispo Emérito de Huancavelica, está ya con Dios Padre. Huancavelica está de duelo por la pérdida física de nuestro Santo Pastor, aunque nos consuela saber que tenemos a un santo en el cielo” dijo conmovido por el sensible fallecimiento del pastor el presidente regional de Huancavelica Maciste Diaz Abad.
En reconocimiento a su infatigable labor pastoral, educativa y asistencial durante cerca de treinta años en Huancavelica nuestro obispo fue condecorado por el Congreso de la República del Perú con la medalla de honor, en el Grado de Caballero, el pasado 10 de julio, recordó el mandatario. “Sólo nos queda unirnos al dolor de su partida y declarar en duelo laborable por dos días a nuestra región”, dijo.

La labor de nuestro Santo Pastor fue admirable supo conocer y entrar en el mundo de la gente de Huancavelica. Es un claro ejemplo del amor a los más pobres. Fue como el Papa Juan Pablo II un incansable viajero, ha viajado por el mundo entero llevando a Huancavelica en el corazón con sus cantos, señaló.

Mons. Demetrio difundió por todo el mundo el amor a la cultura quechua con sus cantos y su idioma. Así lo demuestran sus diversas traducciones al quechua de la Biblia, Ritual de sacramentos, Misal, Catecismo ilustrado, "Camino" de San Josemaría y la Edición del Cantoral Litúrgico “Cantate Deo cum Jubilo” donde se esforzó en recopilar lo que él llamaba “El Gregoriano de los Andes” bellas y piadosas melodías en quechua cultivadas desde la primera evangelización, indicó Diaz Abad.

Monseñor William Dermott Molloy McDermott, fue un misionero irlandés quien vino al Perú después de trabajar algunos años en la Diócesis de Alabama (EEUU) donde trabó amistad con la Madre Angélica. Durante catorce años estuvo al frente de una parroquia campesina en Huancarama (Apurimac), allí aprendió el quechua y lo llegó a dominar. En 1976 fue consagrado como obispo auxiliar de Huancavelica y desde 1982, ya como obispo titular, supo regir su Diócesis en momentos muy difíciles por la pobreza material y espiritual. Fiel a su lema “Amor con amor se paga” no cesó en fomentar una cultura de paz. Promocionó la atención a los niños y ancianos abandonados con la creación de comedores populares y asilo de ancianos. Se preocupó por la formación de los jóvenes con la creación del “Colegio Seminario San Juan María Vianney”, el Instituto Pedagógico “Santa Rosa”, y promovió la “Escuela de música Santa Cecilia” donde los niños y jóvenes, cultivaron el amor a Dios mediante la música y el canto, rememoró el mandatario.

DETALLE. 

En enero de 2005 Mons. Demetrio Molloy sufrió un triple infarto cerebral que lo había dejado paralítico hasta el día de ayer 19 de agosto.

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