miércoles, 30 de abril de 2014

Yaynapango después del baño de sangre, los sobrevivientes clamán justicia :al gobierno Peruano

Fotos: Raúl Isaac Bocanegra Pérez

Al parecer la sombra de la muerte que dejó marcado las vidas de muchas familias, que lo perdieron todo, se reflejan en los rostros de quienes hoy todavía viven para contarlo.

Yaynapango, un pequeño caserío de lengua asháninca de familias pobres que como consecuencia de la barbarie terrorista de los años 80-90 fueron diezmados, hoy resurgen de las cenizas, con el repoblamiento a costa de sus propios esfuerzos, sin ayuda de nadie por supuesto. Su culpa, haber sido prisioneros de Sendero Luminoso.

Rostros de hombres y mujeres que describen las huellas profundas de la insania con que actuaron a mansalva contra sus seres queridos, matándolos sin piedad en la década de los 90, son los recuerdos que hoy viven todavía, los comuneros nativos de Mapotoa, caserío de Yaynapango, hasta donde llegó un equipo de prensa por primera vez.

Yaynapango, denominada “casa de la pantera negra” por su imponente y empinado cerro, se ubica a más de 43 kilómetros de la capital del distrito San Martin de Pangoa por una carretera en mal estado como consecuencias de las fuertes y continuas lluvias que caen en la zona, llegamos al caserío de Yaynapango.

En el lugar, los niños y mujeres son los que se aparecen primero y se juntan cuando se escucha al son de sonido del caracol, práctica ancestral de convocatoria de los pueblos indígenas de la selva para sus reuniones de trabajo o visita de alguien.

La curiosidad de los niños(a) y de algunas mujeres jóvenes con hijos en mano por conocer las cámaras, se acercan y sonríen cuando se ven retratados en las fotografías, quizás la única manera de acercarnos a ellos y ellas para arrancarles una sonrisa. Son los niños nativos ashánincas que dibujan sus rostros de inocencia y necesidad por una oportunidad de vida mejor.

La hospitalidad de Wilmer Roy Rodríguez Piori (35), secretario de la comunidad quien partió a las 4:00 de la mañana de Mapotoa a Yaynapango no se hizo esperar. La comisión presidida por el regidor de la municipalidad de Pangoa Luis Pichuca Quintimari y los demás acompañantes compartimos un delicioso desayuno a base de yuca sancochada.

Entre tanto, que compartíamos el desayuno bajo la humilde choza, llegaban más comuneros y los niños esta vez no eran la excepción, toda vez que recibieron de manos de la autoridad edil ricos dulces para endulzar la boca. Los mayores también recibieron, aunque aparentemente falto para algunos.

Quedaba mucho por recorrer y conocer las fosas donde estarían enterrados los restos de los familiares de los pocos que hoy quedan para contarlo. Fue entonces, mientras se realizaban las coordinaciones para llegar a las diferentes zonas, que por cierto estaban distantes del lugar, como a dos horas de camino, pudimos recoger los testimonios de los familiares que vivieron este triste episodio hace más de 20 años.

Difícil de concebir la idea, de que el haber perdido un partido de fulbito o no poder cantar o bailar para satisfacer a los “camaradas” o quizás estar enfermo, eran las razones suficientes para que despiadadamente los “tíos” como lo llaman ahora, podían matarlos sin compasión alguna cortándole la cabeza a machetazos limpios o ahorcándolo, terminarían la vida de cientos de niños, hombres y mujeres, según testimonios espeluznantes, de que hoy aún viven para contarlo. Aquí sus testimonios.

TESTIMONIOS QUE DESGARRAN

Wilmer Roy Rodríguez Piori (35), recuerda que llegaron para decirles “que con la lucha toda cambiaria y no será como antes, para ello tenemos que matar a las fuerzas armadas y para ello tenían cumplir las órdenes del partido. A los niños lo mataban por orden del partido. Conocemos que en el “Triunfo” a 6 horas de camino se encuentran fosas con más de 200 muertos que otros están enterrados y otros están tirados bien que los gallinazos se comieron. También, en “La Y” existen mas de 18 fosas y en la “Curva” más de 6 fosas”. A mi suegra le hicieron sufrir mucho y por eso murió como consecuencia de que no lo dieron de comer de anemia, no lo mataron”.

Margarita Chuviante Chumpate(45), “en el tiempo de violencia nos han engañado diciendo vamos a enseñar el castellano a vivir mejor, pero no cumplieron con su promesa, mataron a mi mamá, mi papá y mi hermano cuando tenía 20 años también a su papa. Andaba de noche amarrado con soga de noche hasta llegar a mi choza. No sé dónde han matado a mi papa y mi mamá, porque no estaba con ellos porque estaba en mi base “Llanco”. Con la ley de arrepentimiento de gobierno me dijeron voy a volver a mi pueblo. “Reclamo al gobierno educación para los niños, no tienen profesor, no hay puesto de salud”. Gregorio Ñaco Mahuanca, teniente gobernador de CC.NN. Mapotoa, Los subversivos nos han engañado, soy de Boca Kiatari, a los 20 años he entrado a la

ronda campesina, siendo rondero hemos salvado a muchos niños enfermos llevando a Jerusalén de Miniario y a Boca Kiatari. Ahora recién están regresando a repoblar. Hay muchos muertos de diferentes comunidades nativas y de comunidades campesinas en el “Triunfo”. “Necesitamos calaminas para el local donde van estudiar los niños, falta puesto de salud”.

Enrique Nicolás Chumpate(48) Vicepresidente de la CC.NN. Mapotoa, tenía 17 años cuando. En el “Túnel” mataban a muchos cuando venían del Ene. Este era el lugar de concentración que mataban los camaradas cuando traían de diferentes lugares”. “Mataron casi más de 200 niños, mujeres, hombres, estaban regados y sus ropas montonados”. “A mi hermano lo mataron Sendero, “Yo le reclamé al camarada “Mauro” por mi hermano, pero me dijo que se había escapado, no sé dónde se encuentra”. En el cerro de “Tintacurishi” hay fosa que pertenece a Celia López (18) de Mapotoa, lo mataron porque no quería seguir a los subversivos. En este lugar también estaban la base de los camaradas “Yoni” y “Andrea”. “Hay 5 mil niños ashánincas muertos”. El Ejército apoyó el repoblamiento. Pedimos carretera, niños no tienen escuela, queremos calamina colegio, posta de salud. Basta que nosotros somos analfabetos.

Henry Chumpate Pariona, “Yo no he vivido esos tiempos, pero ellos son mi familia Chumpate, han sufrido en el monte, lo mataron a sus padres, sus hijos. Hay muchas fosas que ha encontrado la Fiscalía. No sabemos dónde están los que ha matado. “Necesitamos carretera, salud, educación para los niños”.

Elias Quintimari Chumpate, “es mi sufrimiento por los niños. Queremos apoyo con escuela, los niños no tiene cuaderno, cushma, calamina. Camarada “Yoni”, “Andrea” han matado a mi padre y madre porque no podían caminar en el base del “Triunfo” lo han matado, están enterrados encima, pero tractor lo ha votado todo cuando paso la carretera. Cuando me han llevado los subversivos hemos sufrido mucho sin comida, sin cushma”.

Cristian Chumpate Casancho, Jefe de Comité de Autodefensa sector Yaynapango, “en ese tiempo llegaron Sendero y mataron a los niños, también a mi “vieja” lo mataron y a mis hermanos también en el “Túnel”. Aquí estuvieron los camaradas “Yoni”, “Antonio”, “Nérida”, “Dante”. Falta carretera, calamina, los niños necesitan ropa, zapato, Son 5 ronderos solo, no reciben apoyo del Ejercito”

Andrés Chumpate Mahuanca (45), fui jefe de la comunidad de Mapotoa. El 87 apareció la subversión, nos han engañado diciendo que vamos a tener. Han matado a mi familia por grupos. En el túnel han matado más de 30 personas, pero cuando paso la carretera lo han votado todo. Me he escondido un año en el monte

para que no me maten. Hay mucha necesidad para los niños falta profesora, falta escuela y carretera y posta de salud porque están enfermos los niños.

Antenor Chumpate Mahuanca
, lo mataron a mi esposa Maribel María Contreras (40) los “tíos” porque mi esposa estaba enferma, no querían enfermos, “Esta es la sandalia de mi esposa que le compre en Pangoa”. También mi hijita Dina de 4 meses murió de hambre, porque su mamá estaba muerta”. La sangre de cientos de niños, hombres y mujeres claman justicia por la insania de una cruenta guerra que solo trajo miseria y pobreza a decenas de pueblos nativos ashánincas y andinos durante más de dos décadas. Queda al gobierno nacional asumir la responsabilidad de exhumar los cadáveres para reconocer a muchas familias que lo perdieron a sus seres más queridos y recibir los beneficios de una indemnización y tratamiento psicológico; además de recibir el inmediato apoyo en educación, salud, carretera, saneamiento básico (agua y desagüe) e implementación de proyectos productivos que sirvan para generar sus propios ingresos para su supervivencia.

Fotos: Raúl Isaac Bocanegra Pérez

No hay comentarios.:

Publicar un comentario