foto Juanse Guevara |
¿Era previsible que, nuevamente, el Estado no pudiera vender los activos de Doe Run (complejo metalúrgico de La Oroya y la mina Cobriza)?
- Totalmente previsible y por tres motivos centrales: La Oroya no puede cumplir con los estándares ambientales propuestos por el gobierno, fijaron en 250 microgramos por m3 la emisión de dióxido de azufre, pero la refinería pasa los 700 mcgr por m3; los postores no querían asumir los pasivos ambientales, incluso se buscaba que el Estado lo haga; y existía un temor de las compañías de ver inestable su inversión ante un eventual arbitraje que Renco, ex operador del complejo, interpondría contra el Estado.
¿Estamos, entonces, ante un fracaso del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski? ¿Puede insistir el Ejecutivo con su venta?
- Fue una incorrecta e innecesaria propuesta. Estamos ante una decisión política que, en realidad, debió ser técnica: la planta de La Oroya es obsoleta. Siempre se advirtió de que los estándares ambientales no eran la solución.
En la Junta de Acreedores de Doe Run ya plantearon al Ejecutivo prorrogar por un año más la venta…
- ¿Hasta dónde quieren llegar? Tienen que acabar con ese complejo metalúrgico, que es costoso. Lo único que harán es seguir afectando la salud de las personas, no lo pueden reabrir.
Desde el oficialismo señalaron que el gobierno de Humala fijó estándares ambientales sin pensar en la economía.
- Eso no es así. No había necesidad de modificar la norma. Se relajaron los estándares en desmedro de la salud. Este Ministerio de Ambiente no defiende el ambiente; en realidad, la política ambiental está en franco retroceso.
Alvaro Reyes
Perú 21
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