La Hermandad Peregrinos por la Paz, invita a los residentes norteños, feligresía huancaína y del Valle del Mantaro, a participar de las actividades con motivo de la festividad del Señor Cautivo de Ayabaca.
Como parte de esta actividad, es la realización de la novena en honor al Rey de los Peregrinos al SEÑOR CAUTIVO DE AYABACA el REY DE LOS PEREGRINOS, la misma que realizara desde el jueves 05 hasta el viernes 13 de octubre, a las 06.30 pm en su oratorio que se encuentra ubicado en la Av. José Mariátegui #825 del distrito de El Tambo. La misa central y procesión se realizará el sábado 14 de Octubre a partir de las 10.30 horas.
Dice la leyenda, que en los años 1751 el sacerdote español García Guerrero quiso dar a su pueblo una imagen de Cristo, para lo cual se decidió llevar un tronco de cedro desde Jililí a Ecuador, se trataba de un tronco del que había brotado sangre luego que un labrador le diera un hachazo.
En el trayecto los transportadores del tronco se encontraron con tres chalanes vestidos de blanco y que trotaban sobre hermosos caballos albinos quienes manifestaron ser talladores quienes se comprometieron a realizar la obra, para ello pusieron tres condiciones, que nadie los viera trabajar, que le pasaran los alimentos una sola vez al día al amanecer y que el precio lo arreglarían después.
Pasó el tiempo y la de la curiosidad de los ayabaquinos por saber el avance de la obra pudo más. Los pobladores se acercaron a la casa, llamaron insistentemente y, al no obtener respuesta, creyeron que se habían burlado de ellos. Entonces forzaron la puerta y grande fue su sorpresa porque en el interior encontraron la comida intacta.
Y frente a ellos posaba imponente la escultura de un Nazareno con las manos atadas y no estaban los escultores, es por ello que al hablar del origen de la Imagen del Señor Cautivo se dice que es OBRA DE ANGELES que al concluir la escultura alzaron vuelo y se perdieron.
El Señor Cautivo representa el momento en que Jesucristo tras ser apresado en Getsemaní fue abandonado por sus discípulos. Hasta Ayabaca llegan todos los años miles de peregrinos, vestidos de morado y con un madero al hombro para cantar alegres plegarias a nuestro Poderoso Señor Cautivo.
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