Son socavones que interconectan la selva del Vizcatán con Junín, Huancavelica y Ayacucho. Están ubicados en Mercedes, Culebrita, Huarmihuarcuna, Pesca y Johnson.
De acuerdo a recientes informes de inteligencia a los que tuvo acceso el diario EXPRESO, determinadas organizaciones que operan en los valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) han despertado un especial e inquietante dinamismo que, de no tener una respuesta superior o al menos equivalente, podría convertirse en una amarga pesadilla para el Estado peruano.
Es particularmente peligroso que los terroristas no solo hayan ampliado sus coordinaciones operativas sino que estas involucran los corredores amazónico y altoandino, conocidos como la “ruta de la coca”.
Víctor Quispe Palomino, camarada “José”, desarrolla una estrategia político-militar orientada a la conquista del poder político mediante la “guerra popular” con el llamado Partido Comunista Militarizado, también conocido como “Sendero rojo”, para lo cual busca expandir y consolidar las denominadas “bases de apoyo”.
En efecto, bases que propicien su expansión territorial en áreas de interés, pero en un “sentido estratégico” en territorios que van desde Loreto, pasando por Ucayali y Tarapoto, al Huallaga y hasta San Martín, con el objetivo de captar adeptos con la intención de reactivar los llamados “comités regionales” a nivel nacional.
Es, pues, un plan de expansión bien definido que ha dividido el territorio nacional en cuatro zonas o macrorregiones.
Para la facción senderista del Vraem en el Valle del Huallaga, la región Pasco representa un área de interés neurálgico para consolidar su influencia en la denominada “segunda zona”, la cual es considerada como un objetivo clave para los fines de este grupo sedicioso.
QUEBRADAS INTERCONECTADAS
De otro lado, desde hace algún tiempo se ha venido insistiendo sobre movimientos extraños de grupos de élite de Sendero Rojo (SR), junto con narcotraficantes y traficantes de madera, merodeando algunas zonas despobladas cerca de Vizcatán y que al notar la presencia de las fuerzas militares, el grupo desaparece de un momento a otro, sin dejar rastro ni el mínimo movimiento perdiéndose en la tupida vegetación, al parecer haciendo uso de túneles.
Según informes de “Pantera”, exlicenciado del Ejército, reforzados por valioso material gráfico, algunos de estos túneles tenían una anchura de un metro y una altura de 1.80 metros, y en su interior se encontraron enseres para excavar, como palas, picos, carretillas y barretas. El pasadizo contaba con un sistema de cableado e iluminación con focos de 100 watts y un sistema de ventilación interno.
Hay quebradas que están conectadas por esos socavones, algunos al parecer de vieja data. Y es que son 20 años que están ahí, tienen atajos y pasajes escondidos. Esa es su ventaja de los narcoterroristas de Sendero Rojo, dice “Pantera”.
Ahí se cobijan, viven y pelean, añade. Algunos de los túneles están ubicados en Mercedes, Culebrita, Huarmihuarcuna, Pesca y Johnson en la zona de Vizcatán, donde eran utilizados como escudos de protección para minimizar menos bajas entre sus filas.
Según información de “Pantera” y su compañera sentimental “Tania” existen varios túneles tipos “carachupa” y las culebríticas “huecos de zorro”, ubicados en distintos puntos estratégicos, incluyendo zonas aledañas a Vizcatán.
Estos depósitos subterráneos o búnkeres están minados y especialmente acondicionados para esconder rifles del tipo Kalashnikov, lanza granadas y lanza cohetes del tipo AT4, además de otro tipo de armamentos y pertrechos militares.
Es importante destacar que es posible, mediante el uso de las fotografías satelitales, ubicar los campamentos y túneles, así como identificar a algunos de los personajes encargados de toda la logística militar en la construcción de las redes subterráneas, así como de las provisiones de armamentos y pertrechos militares.
Se sabe que el sistema defensivo de Sendero Rojo en el Vraem es bastante conocido. Hay que tener en cuenta que hay tres corredores claramente establecidos. El primero en la zona de Pichari Lochegua, con selva baja. El segundo desde Pichari hasta Puerto Antonio, con selva alta, siendo una zona conflictiva y muy activa.
El centro de enlace vía terrestre es Boca de Mantaro, Puerto Coco, Pichari Pueblo, San Antonio. Los túneles tenían salidas de escape hacia los caminos de herradura, zonas conocidas como Huamburge, Ocobamba, Andahuaylas, Pampachiri, zonas utilizadas por narcotraficantes de Pichari, Kimbiri y San Francisco. El Tercero, la zona de Huachocolpa y Surcubamba, en Huancavelica.
GUERRA LARGA Y CRUENTA
Los túneles en la selva recuerdan la táctica aplicada por las guerrillas del Vietcong contra el Ejército norteamericano en la legendaria guerra de Vietnam.
Hay que tener en cuenta que los militares peruanos se enfrentan, pues, a un enemigo invisible que además ha cambiado su relación con la población, que maneja más recursos económicos y que logísticamente, en las actuales circunstancias, está mejor armado.
“Los de Sendero Rojo rehúyen el combate frente a frente con las fuerzas del orden. No permanecen mucho tiempo en el mismo lugar y probablemente se refugien en sus túneles. La del Vraem será una guerra larga y cruenta. El campo militar es el más sacrificado. Pero si se le deja huérfano de apoyo social y político, será también el más desgastador”, dijo “Pantera”.
17 Coordinaciones
Los documentos reservados a los que tuvo acceso EXPRESO dan cuenta de otras 17 coordinaciones interceptadas a los camaradas “Casacho”, “Chato”, “Perico”, “Lengua”, “Pacha”, “Pecho”, “Beto” y otros, algunos de ellos procedentes de las células de “pioneros” senderistas.
Plan de expansión del Sendero Rojo
Conforme a su “Plan estratégico de expansión por la ceja de selva” trazado hasta el 2021, la organización terrorista Sendero Rojo (SR) espera consolidar un sistema de “bases de apoyo”, en estas regiones: “Primera zona” (Amazonas y San Martín), “Segunda zona” (Pasco y Huánuco), “Tercera zona (Junín Huancavelica, Apurímac y Ayacucho) y “Cuarta zona” (Cusco, Madre de Dios y Puno).
Recientemente inteligencia militar constató que los terroristas, que hasta marzo de este año se desplazaban solo por zonas consideradas “seguras”, ahora su presencia es captada, con regularidad, por los distritos de Monobamba y Masma en la provincia de Jauja, y Huasahuasi, en la provincia de Tarma.
“Esto quiere decir que han reactivado el corredor andino que conecta el Vraem con la región Pasco y esta con el valle del Huallaga, específicamente Huánuco y San Martín”, dijo a EXPRESO el exlicenciado del Ejército peruano y desertor de Sendero Rojo, “Pantera”, cuya identidad mantenemos en reserva.
Según esta fuente, Sendero Luminoso, con el propósito de desarrollar su pretendido plan expansionista, focaliza su accionar terrorista en el Vraem, con mayor incidencia en las regiones de Ayacucho y Junín (tercera zona), centro del teatro político militar de su “guerra popular”.
Desde la citada zona pretenden orientar el rumbo de sus actividades en sentido estratégico, hacia el norte (Pasco – Huánuco – San Martín – Amazonas) y al sur (Cusco – Madre de Dios – Puno), con miras a establecer las condiciones necesarias que les permitan ampliar su influencia ideológica mediante un sostenido trabajo político y militar en la zona.
Un detalle importante es que la estrategia expansionista de Sendero Luminoso se evidencia en su intención de reactivar el denominado Comité Regional Oriente (CRO), ámbito que comprende las regiones de Huánuco (segunda zona) y San Martín (primera zona), donde desde 2010 se registraron desplazamientos e incursiones de columnas armadas provenientes del Vraem, al mando de los camaradas “Nicolás” (2010) y “Gringo” (2011-2015) y “Rebeca” (2012) y “Dino” (2013).
“Basilio” y los asalariados
El camarada “Basilio” era un cuadro que servía como el hombre enlace de inteligencia de Sendero Rojo y estaba al mando de un grupo de doce combatientes armados y el segundo que lo reemplazaba tiene el alias de camarada “Efraín” y era un tirador selecto de los subversivos que dirigía camarada “José”.
Según las investigaciones realizadas por este diario, camarada “Basilio” pasó por el distrito de Llochegua junto con sus doce hombres armados, a las 3 de la madrugada del 25 de mayo de 2018 y se internaron en la zona Virgen Ccasa.
Allí tomaron posición en un cerro llamado “Toccoccasa”, donde armaron un campamento de vigilancia con sus doce jóvenes terroristas de entre 15 a 22 años y que ahora se sabe son o eran asalariados, algunos con 700 dólares al mes.
El 26 de mayo pasado, a las 14:30 horas “Basilio” y “Efraín”, quien estaba al mando de nueve jóvenes sediciosos de entre 15 y 22 años, provistos con armas de fuego de largo alcance (AKM y GALIL) fueron vistos desplazándose por el sector Moyopampa, ubicado próximo al centro poblado Mama, distritos de Sivia, provincia de Huanta, región Ayacucho, con dirección a la quebrada Apulema, en el distrito de Santillana.
Como es público, camarada “Basilio” fue abatido en la zona del caserío Virgen Ccasa, distrito de Llochegua, Huanta, Ayacucho, el 20 de setiembre del presente año por las Fuerzas Armadas y la Dircote.
Leonidas Canchaya Joaquín
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