La vía que une las localidades de Orcotuna y San Jerónimo, a través de dos puentes, Aliviador y Centenario, se encuentra en serio peligro debido a las fuertes correntadas que han carcomido las base del primero de ellos.
Al promediar las once de la mañana de ayer, surgió un connato de enfrentamiento entre representantes de las localidades de Orcotuna y San Jerónimo, quienes se culpaban mutuamente de perjudicar las riberas de sus localidades.
Y es que, los trabajos de encausamiento que viene realizando la Municipalidad Distrital de San Jerónimo, motivaron la queja por parte de los pobladores de Orcotuna, quienes afirman que esta labor expone su ribera a las fuertes correntadas del río Mantaro, que por estos días, a pesar de haber descendido considerablemente su caudal, presenta una fuerte corriente.
El alcalde de San Jerónimo, Johnny Astucuri Ramos, manifestó que se vio obligado a realizar el mencionado trabajo, por la situación riesgosa en la que ha quedado el puente Aliviador (conocido así por que alivia el fuerte caudal del río en mención en épocas en la que éste crece considerablemente, aunque, en los últimos años, la mayor parte del río corre debajo de este puente), que presenta un serio debilitamiento en sus bases.
En un rápido recorrido, pudimos constatar la gravedad del hecho: cruzando el puente en mención, desde la localidad de Orcotuna, se puede observar al final del mismo, que las embravecidas aguas del río Mantaro, han carcomido sus bases; por un lado, por otro, parte de la carretera de tierra afirmada ha cedido ante la bravura de éstas aguas, hasta el extremo de reducir el ancho del terreno, que anteriormente era superior al ancho del puente.
El caso se complica más aún cuando, la aparente solidez de lo que queda del terreno carcomido, no es tal, por que su base en encuentra deteriorada hacia adentro, con lo que, en cualquier momento, puede ceder ante el paso de la gente, animales o vehículos que constantemente circulan por el lugar.
Grandes grietas
Al otro lado de esta grave deficiencia, el terreno presenta grandes grietas, anunciando también que, en cualquier momento, cederá ante la presión del agua que choca contra su pared, “por eso nuestra preocupación para encausar cuanto antes esta parte del río; sin embargo, el trabajo se nos presenta muy difícil”, sostiene el alcalde.
La gerente municipal, Nelly Vila Bejarano, explicó que el presupuesto que presenta esta pequeña localidad “es muy exiguo para afrontar este problema”, señalando que, en el caso del Foncomún, “sólo recibimos entre 600 ó 700 mil soles”. En seguida, expresa que la única ayuda que han recibido del gobierno regional, al que recurrieron a inicios de este año, “sólo es una retroexcavadora; nosotros tenemos que pagar a dos operarios y un jornalero”.
El combustible también es asumido por esta municipalidad. “Por hora de trabajo”, señala el operador de la maquina, “se consume siete galones y medio de combustible”. En estos días de trabajo, “hemos aportado 50 galones de combustible, lo que nos representa 900 soles”, dice el alcalde, Johnny Astucuri Ramos.
Al promediar las once de la mañana de ayer, surgió un connato de enfrentamiento entre representantes de las localidades de Orcotuna y San Jerónimo, quienes se culpaban mutuamente de perjudicar las riberas de sus localidades.
Y es que, los trabajos de encausamiento que viene realizando la Municipalidad Distrital de San Jerónimo, motivaron la queja por parte de los pobladores de Orcotuna, quienes afirman que esta labor expone su ribera a las fuertes correntadas del río Mantaro, que por estos días, a pesar de haber descendido considerablemente su caudal, presenta una fuerte corriente.
El alcalde de San Jerónimo, Johnny Astucuri Ramos, manifestó que se vio obligado a realizar el mencionado trabajo, por la situación riesgosa en la que ha quedado el puente Aliviador (conocido así por que alivia el fuerte caudal del río en mención en épocas en la que éste crece considerablemente, aunque, en los últimos años, la mayor parte del río corre debajo de este puente), que presenta un serio debilitamiento en sus bases.
En un rápido recorrido, pudimos constatar la gravedad del hecho: cruzando el puente en mención, desde la localidad de Orcotuna, se puede observar al final del mismo, que las embravecidas aguas del río Mantaro, han carcomido sus bases; por un lado, por otro, parte de la carretera de tierra afirmada ha cedido ante la bravura de éstas aguas, hasta el extremo de reducir el ancho del terreno, que anteriormente era superior al ancho del puente.
El caso se complica más aún cuando, la aparente solidez de lo que queda del terreno carcomido, no es tal, por que su base en encuentra deteriorada hacia adentro, con lo que, en cualquier momento, puede ceder ante el paso de la gente, animales o vehículos que constantemente circulan por el lugar.
Grandes grietas
Al otro lado de esta grave deficiencia, el terreno presenta grandes grietas, anunciando también que, en cualquier momento, cederá ante la presión del agua que choca contra su pared, “por eso nuestra preocupación para encausar cuanto antes esta parte del río; sin embargo, el trabajo se nos presenta muy difícil”, sostiene el alcalde.
La gerente municipal, Nelly Vila Bejarano, explicó que el presupuesto que presenta esta pequeña localidad “es muy exiguo para afrontar este problema”, señalando que, en el caso del Foncomún, “sólo recibimos entre 600 ó 700 mil soles”. En seguida, expresa que la única ayuda que han recibido del gobierno regional, al que recurrieron a inicios de este año, “sólo es una retroexcavadora; nosotros tenemos que pagar a dos operarios y un jornalero”.
El combustible también es asumido por esta municipalidad. “Por hora de trabajo”, señala el operador de la maquina, “se consume siete galones y medio de combustible”. En estos días de trabajo, “hemos aportado 50 galones de combustible, lo que nos representa 900 soles”, dice el alcalde, Johnny Astucuri Ramos.
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