La Directora Ejecutiva (e) del Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, María Jhong Guerrero, firmó hoy un convenio de colaboración con 10 organizaciones indígenas de la selva central para reforzar la vigilancia social a la gestión del servicio alimentario en los colegios de las comunidades nativas de la región Junín.
Las organizaciones indígenas que suscribieron el acuerdo representan a 80 comunidades nativas Asháninkas, Nomatsiguenga y Kakinte que se localizan en las zonas más alejadas de la provincia de Satipo.
Jhong Guerrero destacó la importancia del convenio por el cual las lideresas y líderes de las comunidades nativas vigilarán de manera voluntaria el cumplimiento y la calidad del servicio alimentario y que para ello serán debidamente capacitados por personal especializado de Qali Warma.
“La firma del convenio con las organizaciones indígenas muestra los esfuerzos del Estado para incluir a poblaciones en situaciones de vulnerabilidad y pobreza. La participación voluntaria y masiva en un Programa Social, de organizaciones con representación de comunidades nativas, es un hecho sin precedentes que es permitido en el marco del modelo de cogestión de Qali Warma, programa del MIDIS”, afirmó.
Por su parte, las representantes de las Comunidades Nativas Asháninkas de Mazamari, de la Unión Asháninka Nomatsiguenga del Valle de Pangoa y de la Asociación Nacional de Pueblos Indígenas de la Selva Central, entre otras, reafirmaron su compromiso de participar en el monitoreo social de todas las etapas que contempla el servicio alimentario.
Señalaron que hay lugares muy alejados como los centros poblados de Tesoroja, Alto Camantavishi, Pariagaro, San Carlos de Anapati, Boca Chichireni, Río Blanco, Rosa Pampa y Santa Elena en donde está garantizada la participación directa de sus líderes fortaleciendo el modelo de cogestión del Programa.
Previamente, la Directora Ejecutiva de Qali Warma supervisó la preparación del desayuno escolar en la institución educativa N°31061 Arizona Portillo, ubicada en el distrito de Río Negro, en donde comprobó la gran aceptabilidad de parte de los 21 niños de primaria a los alimentos que son preparados por las madres de familia que conforman el Comité de Alimentación Escolar (CAE).
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