foto Juan Guevara |
Ángel no logró la elección de su candidato en el distrito de El Tambo como tampoco ha consolidado su figura de alcalde “chamba” en Huancayo y Chilca, donde debió demostrar con certeza absoluta ser el “chamba” que dice ser. Según los resultados ONPE, sus vecinos más cercanos - de Huancayo y Chilca - no le han dado el voto de confianza esperado y, por tanto, eso de “más vale malo conocido que bueno por conocer” no funcionó con él ni con otros que fueron a la reelección. Unchupaico juega ahora en las ligas mayores, ya debe haber cambiando el chip de su cerebro. Eso de parques temáticos, monumentos, placas hasta por la inauguración de una vereda y un edificio municipal inconcluso - símbolo de la burocracia paquiderma - deberán quedar en su hoja de vida sin exhibición y sin repetición.
Ha prometido un tractor por comunidad y no creo (ojalá me equivoque) tenga el número exacto de comunidades. El ofrecimiento improvisado será por largo tiempo la llave para ganar elecciones. Igual, no cumplir es la dinámica de la política local y nacional. Sin embargo, démosle el beneficio de la duda, un paréntesis a su actuación como alcalde distrital. Si la mayoría rechazó al enemigo principal, es una lección a tomar en cuenta. El autoritarismo incapaz de tender puentes, de crear consensos e intolerante con quienes piensan diferente, no es aconsejable en sociedades enteradas e interesadas por sus destinos. Ganar por ganar no es el objetivo. Hacer una gestión honrosa, en el caso de Ángel Unchupaico, es una deuda pendiente con moras, intereses y bonificaciones que esperamos pueda honrar.
Manuel Gago Medina
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