miércoles, 28 de junio de 2017

Triste Realidad de los niños olvidados del Vraem


Ni la distancia ni el tiempo han podido frenar el ímpetu ni las ganas de vivir a los pobladores originarios de la selva central en la comunidad nativa de Yainapango – Pangoa. La tenacidad persiste a pesar de lo recóndito de su geografía en medio de la jungla, la vida es dura, pero hay muchos que lo habitan sumergidos en los olvidos, sin las mínimas condiciones para una calidad de vida; ellos tienen los mismos derechos que los demás peruanos. Son trabajadores, tienen plantaciones pero es en vano porque no pueden sacar sus productos al mercado por el pésimo estado de la carretera; algunos humanos aprovechan y llegan hasta el lugar para comprarles sus productos a precios mínimos ejemplo plátanos a 10 céntimos el kilo, con ese precio no cubren ni el costo de producción – a nada? // café a 3.50 y así, demás productos que son en su totalidad rebajados.

Los niños estudian en ambientes no adecuados con materiales precarias – mesas de troncos, sillas de troncos. Mientras que los partidos políticos adquieren financiamiento económico del estado, la niñez del Vraem en las zonas rurales atraviesan crisis de mayor escala lejos de las comodidades, la multimedia, salones acondicionados, la tecnología, la modernidad son meras utopía para ellos. La enseñanza que reciben los pequeños es dentro de techos de calamina que se convierten en baños de vapor al medio día y troncos rudimentarios son usados como carpetas por los educandos.

Los hombres valientes que se adecuaron a vivir bajo la cobertura de los bosques donde su existencia es sinónimo de la grandeza cultural que alberga nuestros pueblos, la selva en pocas palabras es un paraíso de vida, para ellos los apoyos son más que necesarios, desarrollar inversiones públicas representa el deber de las instituciones estatales. El Perú jamás será conocido si solo se otorgan directrices desde los lujos de un escritorio, el Perú profundo se conoce cuando se llega a los lugares más recónditos donde la experiencia rige la vida y se proyecta cristalizar obras que promuevan el desarrollo.

La comunidad nativa de Yainapango está a 60 kilómetros de Pangoa, el acceso a estas tierras es por vía terrestre en un tiempo de dos horas, el estado de la carretera es calamitoso pareciera ser la furia de Hitler. En declaraciones de sus autoridades comunales mencionan que la vía de acceso los hizo una empresa aserradero de madera a cambio de árboles, no tenían otra opción más que aceptar tal propuesta, lo irónico es que ha pasado más de 15 años y hasta ahora ningún gobierno hace mantenimiento – son olvidados- los mismos comuneros con pala, pico y herramientas trabajan en arreglar sus carreteras , pues hablarles de ayuda por parte de instituciones públicas es solo un gallinazo lejos de su alcance que vuela muy alto para ellos.


“Los niños son el futuro y en ellos se debe invertir”, tal parece que ellos son los excluidos en esta frase, aun ni el olvido de las autoridades los desanima a estudiar. Puesto sus cushmas, con los pies descalzos, despeinados con un alto nivel de desnutrición asisten a sus clases y nuevamente la maldición en ellos; el maestro que les enseña es prestado, un docente que se apiado de ellos, un maestro de la comunidad nativa vecina de mazaronkiari que por humanidad divide su tiempo en impartir enseñanzas a los más olvidados.

Satipoaldia.com

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