domingo, 22 de abril de 2018

Asesinaron a canadiense el mismo día del crimen contra Olivia


Justicia por sus propias manos . Comuneros se abalanzaron sobre presunto victimario de Olivia Arévalo aprovechando que la moto en la que llegó no arrancó y acabaron con su vida.

 La policía maneja otra versión: Sebastián Paul Woodroffe no sería el victimario. 

Ayer las autoridades rescataron el cuerpo del extranjero en medio de gran tensión.

La aparición de un video artesanal en el que se ve a pobladores del asentamiento humano intercultural ‘Victoria Gracia’ castigar y ahorcar al ciudadano canadiense Sebastian Paul Woodroffe movilizó al personal de la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional, a miembros de la Región Policial de Ucayali y de la Oficina de Inteligencia Policial, quienes llegaron hasta este poblado para recuperar el cadáver del extranjero.

Con mucho tino, el contingente de veinte policías explicó a la población que no buscaban a nadie en especial y que solo querían el cuerpo del canadiense.

En el lugar también se encontraban la viceministra de Interculturalidad, Elena Burga Cabrera, unas religiosas españolas y algunos pacientes extranjeros de la asesinada sabia shipibo-konibo, Olivia Arévalo Lomas, según relató el comunicador social indígena Cecilio Soria.

Fue entonces que una mujer dijo a los agentes que los moradores habían hecho justicia con sus propias manos porque las autoridades solían liberar a este hombre cada vez que lo entregaban cuando se tornaba agresivo y amenazante.

“Tenemos que combatir la delincuencia”, dijeron.

El mediodía del jueves 19 de abril, Sebastián Paul Woodroffe habría llegado en una moto lineal a ‘Victoria Gracia’ y disparó a Olivia Arévalo en la puerta de su casa cuando salía a hacer unas compras.

El vehículo no respondió a la maniobra del conductor para emprender la fuga. Ese momento fue aprovechado por los pobladores que lo aprehendieron. Le colocaron una larga correa en el cuello y fue arrastrado hasta ser ahorcado. Posteriormente, trasladaron el cuerpo hasta una chacra donde lo enterraron.
Exhumación

Ayer, durante más de dos horas, la delegación policial junto a un representante del Ministerio Público procedieron a desenterrar el cadáver que ya mostraba signos de descomposición. Inmediatamente, lo condujeron a la Morgue Central de Pucallpa.

En tanto, en la casa donde se vela el cuerpo de Olivia Arévalo había un cartel que prohibía tomar fotografías.

La filmación donde se ve claramente el linchamiento al ciudadano canadiense está siendo revisada con minuciosidad por la policía. El objetivo de los investigadores es identificar a los responsables de haberle quitado la vida a este hombre.
Varias versiones

Al cierre de esta edición de la República se supo que la policía ha encontrado dos versiones sobre el autor de la muerte de Olivia Arévalo, las mismas que tienen incoherencias y contradicciones.

Este hecho ha generado que los agentes no estén muy seguros de que Sebastian Paul Woodroffe sea la persona que disparó a la reconocida cultora de la medicina ancestral shipibo-konibo.

El personal de Inteligencia recogió el testimonio de un testigo que afirma que el hombre que llegó en moto lineal tenía características distintas al canadiense. Era moreno, alto y llevaba el cabello corto.

Esta persona sería un colombiano que buscaba al hijo de Olivia para cobrarle un dinero que le había prestado y que este no le pagaba.

También se habla de que el canadiense estaba alojado en la casa de Arévalo para tener sesiones de ayahuasca. La policía supone que se encontraba bajo los efectos de la sustancia psicotrópica.

Conocedora de su temperamento agresivo, la población habría supuesto que él era el asesino y lo atacó hasta matarlo.
Un afiche con su foto que decía ‘se busca’

Ha llamado la atención un afiche publicado con la foto de Sebastian Paul Woodroffe en el que se ofrece una recompensa a quien señale su paradero. Esto, cuando él ya habría estado muerto.

“Por favor, hermanos, ayuden a pasar esto por Facebook. Este es el hombre que asesinó a maestra Olivia Arévalo después de hacerle cantar un Icaro. Esto pasó en la colonia Victoria Gracia, Ucayali, Perú. Esperemos que lo encuentren. Se paga recompensa!”.

El aviso lo firma Julián Arévalo, quien además coloca un número telefónico. Tratamos de comunicarnos con Julián Arévalo, pero él nunca respondió.

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