En la localidad de Concepción ayer de escenificó con bastante realismo el Vía Crucis de nuestro redentor, cuyos personajes principales estuvieron encarnados por catequistas y efectivos de la Policía Militar del Ejército Peruano.
A partir de las 11:00 horas, más de 80 actores se encargaron de revivir la parte más crucial y dolorosa del Vía Crucis, en la localidad de Concepción: después de ser cruelmente azotado, a empellones, gritos y malos tratos, Jesucristo, el hijo de Dios, fue conducido ante el gobernador, Poncio Pilatos, quien trató de disuadir a la muchedumbre de aplicarle el máximo castigo, al no existir falta grave que haya cometido el acusado.
Sin embargo, ante el griterío de “¡crucifícalo, crucifícalo!”, esta autoridad opta por complacer a la muchedumbre y ordena la crucifixión del Hijo de Dios, para luego proceder a lavarse las manos, tratando de eludir su responsabilidad en esta acción.
De esta manera, paso a paso, con bastante fervor católico se fue reviviendo cada una de las escenas bíblicas, referente al Vía Crucis, que se escenifica en diversas localidades con motivo de Semana Santa.
Ante la atenta mirada de los lugareños y visitantes venidos de diferentes puntos de la región, y turistas nacionales y extranjeros, así como fieles católicos, se procedió a escenificar las caídas del Señor, a lo largo de los 14 tambos de piedra, que son los que separan la Plaza de Armas de Concepción, del Mirados de Piedra Parada, en la que se ubica la estatua de la Virgen de la Inmaculada Concepción, de 25 metros de altura, donde se procedería a la crucifixión de Jesús.
Emoción y devoción
Durante todo este recorrido, se observó a los acompañantes vivir con enorme emoción, y profunda devoción, esta historia bíblica, que fue recreada por más de 80 actores, compuestos por catequistas y efectivos de la Policía Militar del Ejército Peruano. A pesar de lo empinado del terreno, niños, hombres y mujeres, así como personas de la tercera edad, fueron subiendo. y reviviendo las caídas de Cristo, que eran escenificadas con bastante realismo, hasta llegar al pie de la mencionada estatua, en la que se procedió a ejecutar la parte mas dolorosa, de mayor significado y de enorme trascendencia: la crucifixión de Cristo; antes, se crucificó a los dos ladrones que, de acuerdo a la Biblia, fueron sancionados con el redentor.
A pesar de la preparación antelada de esta escenificación, en la que coordinaron varias instituciones, les jugó una mala pasada el equipo de sonido instalado en el Mirador, que debió darle mayor emotividad al momento de la crucifixión y durante el pronunciamiento de la últimas palabras de Cristo.
Otro hecho que lamentar, es el poco cuidado de los mismos pobladores y visitantes, quienes iban regando por todo el camino la basura de los productos que consumían, poniendo en tela de juicio el slogan que caracteriza a esta ciudad, de ser ecológica.
Carlos Bolaños
redacción
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