jueves, 21 de abril de 2011

Mientras hoja de coca vaya al narcotráfico será imposible hablar de su industrialización

Manuel Altamirano, uno de los primeros colonizadores del valle los ríos Apurímac y Ene (VRAE) y una de las personalidades más notales del distrito de Kimbiri, señaló que mientras la hoja de coca esté dirigida al narcotráfico es una falacia hablar de su industrialización con fines lícitos como suelen prometer muchos políticos.

En conversación con el programa Diálogo Ciudadano de INFOREGIÓN indicó que para ningún cocalero resultaría rentable orientar su producción a la fabricación de caramelos, jabones y pastas dentales, porque no ganarían nada. Por el contrario, tendrían muchas pérdidas, ya que esos productos no tienen demanda en el mercado.
“Las personas, sobre todo los politiqueros que proponen la industrialización de la hoja de coca, le están mintiendo a sus electores. Algunos cocaleros saben perfectamente que son simples promesas porque desde 1980 se planteó esa posibilidad en la provincia de Quillabamba, pero no pasó de ser una ilusión”, indicó Altamirano.
El representante honorífico de la Asociación de Adultos Mayores de Kimbiri señaló que ninguna actividad lícita es capaz de competir en estos momentos con el narcotráfico.
En la legalidad
“Pese al gran obstáculo, existen agricultores que apuestan por la legalidad, porque no quieren estar en la incertidumbre de ser atrapados por la justicia, aman su tierra y quieren conservar su naturaleza. Por eso, el Estado y la cooperación internacional debe apoyar a los cafetaleros, cacaoteros y criadores de peces tropicales”, indicó.
Cuestionó las supuestas bondades alimenticias de la hoja de coca y señaló que su consumo trae problemas en la salud de las personas. En el proceso de la producción se utiliza una gran cantidad de plaguicidas, herbicidas y otros agroquímicos que lo convierten en un producto tóxico.
Agregó que en décadas pasadas los pobladores altoandinos chacchaban la coca producida de forma orgánica, sin el uso de agroquímicos. Ahora se produce utilizando plaguicidas, por lo que causan daño al ser consumidas, sin considerar la gran contaminación de los ríos y suelos y la pérdida de los bosques

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