Es evidente que las tendencias políticas en A.L. se producen por efecto cascada. ¿Quién hubiera imaginado hace treinta años que la izquierda progresista y democrática llegaría al poder por las urnas? Creo que nadie en su sano juicio se hubiera atrevido a profetizarlo, sin embargo, hoy es una realidad que se instala en nuestros destinos y que parece no encontrar obstáculos para ser aceptado por el mundo capitalista con naturalidad y hasta cierta empatía. A saber, no veo que nadie se escandalice demasiado por las postulaciones apostolares de los discípulos de Marx (?) y muy atrás quedaron los temores que el bloqueo a Cuba generaba, o las injerencias sobre la propiedad privada, o el respeto por la independencia de los poderes jurídicos que constituyen una verdadera democrácia. Cómo diría mi abuelita: “Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía”
Quiero decir, por mucho que Chavez se enorgullezca de su prédica bolivariana y la gesta nacionalista que especulativamente representa, más allá de las sanas ambiciones populistas de los pueblos latinos, yo sospecho que existe algo más detrás del telón. Mi intuición cívica me hace ruido, y no se muy bien por donde viene la mano, pero no me cierra.
No sería extraño que los viejos enemigos del pueblo, esos que se reúnen en ordenes reductas, a espaldas del sol y del gentío, estén digitando el apropiarse de un discurso idealista al cual vacían de contenido y manejan a su antojo, con el mismo propósito de siempre: seguir reinando sin que nadie lo advierta.
No puedo hablar demasiado de política porque no es lo mío, pero todo lo que sé es que la pobreza no cesa. Habrá que ver, si estas nuevas tendencias logran equilibrar el virtuoso crecimiento en las macro economías , si es posible encontrar mecanismos políticos que nivelen la inequidad existente, las enormes desigualdades que hoy prevalecen sobre nuestros pueblos. El mercado no alcanza para restablecer el poder adquisitivo salarial perdido. Las inversiones extranjeras no siempre garantizan crecimiento digno. Se puede crecer mucho, pero los números no sirven de nada si no se ven los resultados en la vida cotidiana de los individuos.
Prestemos atención, no todo lo que reluce es oro… y no todo el oro es Peruano.
De lindaymala
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