sábado, 2 de julio de 2011

Universidades del “interior”: ¿Por qué campea el desgobierno?



Esta semana la crisis de la educación universitaria saltó nuevamente al debate por la situación de desgobierno que viene pasando la Universidad Nacional de Huancavelica, la Universidad San Cristóbal de Huamanga y Universidad Nacional del Centro. ¿Qué pasa con estas universidades del “interior” del país? ¿Por qué los alumnos y profesores terminan colocando entre la espada y la pared al gobierno central?
Radiografía de los conflictos
Las protestas de los estudiantes de la Universidad Nacional de Huancavelica (UNH), por fin, se levantó ayer. Entre otras cosas, los alumnos, apoyados por algunas organizaciones sociales, exigen la renuncia de presidente regional, Maciste Díaz, y de la rectora de la UNH, Yda Flor Campuzano. Los alumnos también vienen exigiendo que se declare inconstitucional la Ley de creación de la Universidad de Tayacaja y demandan una total reorganización de la Universidad Nacional de Huancavelica. En tanto, los alumnos de la Universidad San Cristóbal de Huamanga vienen demandando la vacancia de las actuales autoridades universitarias ya que se les acusa de haber malversado unos 5 millones de soles en detrimento de su universidad. Asimismo, en la Universidad Nacional del Centro del Perú, con la mediación de la Asamblea Nacional de Rectores, se prevé la suspensión temporal del rector Carlos Adauto, quien es acusado de la crisis institucional que vive esta casa de estudios.
Los tres casos mencionados tienen mucho en común: centros de estudio sumidos en un total desgobierno, donde se exige cuentas claras sobre el uso de los recursos asignados y la renovación de las principales autoridades universitarias. De esta manera, el telón de fondo es la necesidad una reorganización de la universidad, la cual solo puede darse sobre una nueva ley universitaria y no de la actual que es obsoleta. Es a partir de una nueva ley - que recupere el concepto de “sistema universitario” y entienda a las universidades como un conjunto articulado y no como “islas” independientes - que se podrá construir una nueva oportunidad para la universidad peruana.
García se olvidó de las universidades
Si comparamos el presupuesto destinado a las universidades con el presupuesto total, del 2000 al 2010, este ha ido disminuyendo paulatinamente. De otro lado, si bien la oferta educativa privada ha aumentado, ello no se ha traducido en un aumento de la calidad educativa. Por ejemplo, según la última versión del Ranking Web de Universidades del Mundo, en la lista de las 100 mejores universidades de América Latina, solo dos universidades peruanas aparecen en esta lista: la Universidad Católica del Perú en el puesto 45 y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el puesto 28. De esta manera, la creación de más universidades es una anécdota que se inscribe en una tragedia mayor de la universidad peruana: la falta de calidad del servicio educativo.
Lo peor es que, cuando estalla el desgobierno de las universidades, la autoridad máxima de nuestro país diga que estos conflictos son usados por una dirigencia politizada para “hacerse notar”. ¡Cómo es posible que la crisis universitaria siga siendo un tema irrelevante para el Presidente Alan García!
Es momento de tomar el toro por las astas y comprometer al próximo gobierno a una reorganización de la universidad peruana, la cual se encuentra en su momento más crítico.

Escribe: OTRA MIRADA

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