viernes, 12 de agosto de 2011

El tránsito infernal en Huancayo


El gran problema que enfrentan los transportistas es la tugurización de nuestras principales calles de la ciudad. Viajar al centro se ha hecho un vía crucis por la gran cantidad de taxis que han invadido la Calle Real y avenidas principales las que en horas punta saturan con su presencia el transporte.
Según cifras oficiales, en nuestra región hay más de 10 mil taxis entre formales y piratas, un número similar de combis y taxis colectivos, a esto hay que adicionarle los autos particulares.
Antes, al centro se hacía en 10 minutos, ahora para cubrir esta misma ruta se hace entre 20 y 30 minutos dependiendo de la aglomeración del tránsito.
Ante esta situación ¿Qué medidas se debe tomar? En principio el alcalde debe tomar real conciencia del tema y enfrentar con medidas a corto plazo el problema. Hasta ahora no hay nada concreto porque no se cuenta con un plan regulador de rutas, menos se ha conformado la comisión técnica mixta.
Dos instrumentos muy importantes para ordenar el caos dejado por las anteriores autoridades ¿Por qué no se implementa estos mecanismos? Simplemente porque a mayor caos son más jugosas las coimas que se vienen cobrando a los transportistas.
Si habría un plan regulador de rutas se sabría exactamente cuántas rutas hay y cuantas están servidas, por lo que no habría excusa para ‘arreglar’ con los informales y piratas.
Si habría un comisión técnica mixta esta deberá estar conformada por los representantes de la policía, Ministerio de Transportes y Comunicaciones, transportistas, Defensoría del Pueblo y el gerente de Transportes (según la ley) por lo que este colegiado tendría que tomar los acuerdos referidos al transporte y no quedaría solo en manos del referido gerente como hasta ahora sucede.
Es más, todo lo recaudado por las papeletas de tránsito deberá ser reinvertido en el sistema y no ser utilizado para otros rubros, como obras y pago de sueldos de los trabajadores municipales; pero aquí se hace exactamente lo contrario. Mientras no haya voluntad política y se deje de considerar a la gerencia de Tránsito y Transporte como la caja chica de Dimas Aliaga, nada cambiará en nuestra ciudad.
Javier Briceño Torres

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