El mencionado bar está ubicado en la calle Real No 535, y la regenta Margarita Rosas Espinel, quien de manera irresponsable amplió la extensión de su local de 32 metros cuadrados a 150 metros cuadrados.
La intervención que lideró el ejecutor coactivo de la Municipalidad Metropolitana de Chilca, José Rondón Macetas, contó con la participación de efectivos policiales, miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana de Chilca y la policía municipal.
Lo cual, generó la reacción iracunda de la propietaria quien con amenazas e improperios trató de intimidar a la autoridad.
En la intervención se verificó la presencia de sujetos de mal vivir, cajas de cerveza; incluso, por lo evidenciado, se presume que se expendía licor de mala procedencia. Además de carecer de medidas de seguridad; convirtiéndose en toda una bomba de tiempo.
“Ya era hora que cierren ese antro de perdición. Constantemente había peleas, robos y escándalos. Creo que tenían vara porque han pasado varios alcaldes y no lo cerraban. Además atendían día y noche, por fin Carrasco lo cerró”, expresó Carlos Díaz, vecino del sector.
La clausura definitiva se dio en razón de la Ordenanza Municipal N° 018 – 2004. “Se ha procedido a la soldadura y al amurallamiento. Por encargo del alcalde y haciendo
respetar el principio de autoridad hemos procedido a la clausura. Porque un local que está al frente de un grifo y un mercado no puede funcionar en la manera como venía haciendo”, manifestó Rondón.
Cabe mencionar que este bar obtuvo su licencia de funcionamiento en la gestión del alcalde Manuel Barrionuevo Cahuana, el 2001 y han tenido que pasar 10 años para tal medida.
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