domingo, 27 de noviembre de 2011

Los cuatro rehenes que las FARC ejecutó el sábado


Cuatro de los rehenes más antiguos en poder de las FARC, todos con más de doce años de secuestro, fueron ejecutados el sábado por esta guerrilla poniendo fin a las esperanzas que albergaron durante su cautiverio.
José Libio Martínez, 14 años de cautiverio
El sargento mayor del Ejército, José Libio Martínez, quien era el secuestrado más veterano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) e incluso del mundo, nunca llegó a conocer en persona a su hijo, Johan Steven.
El niño nació tres meses después de que la guerrilla tomara la base militar de Patascoy, en el departamento de Nariño (suroeste), el 21 de diciembre de 1997, y le hiciera cautivo por los siguientes casi catorce años de su vida.
En esos años, padre e hijo cruzaron pruebas de vida y numerosas cartas que Johan Steven ha hecho llegar a su padre en cada uno de los procesos de liberación de otros secuestrados, así como en apariciones en medios colombianos e internacionales.
Reclamó la libertad de su padre de todos los modos posibles: unió su voz a la del cantante colombiano Juanes y hasta caminó más de 100 kilómetros desde el municipio de Ospina hasta la capital de Nariño, Pasto.
El último mensaje de Martínez llegó de manos de la exsenadora liberal Piedad Córdoba, en agosto de 2010, en un vídeo en el que le dijo a su hijo: "Para mí usted es la persona más importante este mundo. Cuando era niño fui buen estudiante, tuve medalla de honor, eso espero que le sirva de motivación".
Edgar Yesid Duarte, 13 años de cautiverio
Tampoco pudo conocer a su hija Viviana el coronel Edgar Yesid Duarte, quien llevaba casado tres años con su esposa Susy Abitbol cuando fue secuestrado por las FARC en 1998, durante un falso retén a la altura del municipio del Paujil en una carretera del departamento sureño del Caquetá.
Duarte se comunicó por última vez con sus padres a través de un vídeo que les hizo llegar en marzo del año pasado, en el que relató: "Nuestra situación por acá es muy complicada, muy difícil y lo único que nosotros tenemos claro y hay que decirlo: las implicaciones de un rescate militar es una sentencia a muerte".
Precisamente, varios exsecuestrados y personajes públicos han cuestionado que los operativos militares que desarrollaba el Ejército colombiano desde hacía mes y medio en el Caquetá dieran pie al fusilamiento de Martínez y Duarte; así como del mayor Elkin Hernández Rivas y del intendente jefe Álvaro Moreno, ambos de la Policía Nacional.
Elkin Hernández Rivas y Álvaro Moreno
A Hernández le secuestraron junto a Duarte, con el objetivo de ser intercambiados por presos en un acuerdo humanitario del Gobierno, en el mismo falso retén de Paujil.
El secuestro frustró la ilusión de Rivas de casarse con su novia de toda la vida, Lina María, a quien le había pedido matrimonio días antes para sellar su relación en febrero de 1999.
En su última prueba de supervivencia, que Córdoba le hizo llegar a su familia tras una liberación en marzo de 2008, les decía que se encontraba bien de salud física y mental.
Por último, otro padre que se perdió la infancia de su hijo fue el subintendente Moreno, que dejó a un bebé de casi dos años cuando fue secuestrado el 9 de diciembre de 1999 por las FARC en la población de Curillo, en el mismo departamento en que terminaron sus días de cautiverio.
Moreno estaba en la estación de Policía cuando los guerrilleros se llevaron a otros seis uniformados de los que cinco ya están en libertad.
La última prueba que recibió la familia de Moreno fue hace un año, cuando la exsenadora Piedad Córdoba entregó un vídeo en el que mostraba su confianza en recobrar pronto la libertad y les prometía el envío de unas cartas que nunca llegaron.

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