Una investigación periodística logró desnudar lo que podría ser parte de una de las estafas más grandes en el Ministerio del Interior durante el 2007, cuando estuvo al frente Luis Alva Castro. Desde facturas falsas, hasta simulación de servicios.
Conforme a los documentos que tuvo acceso el programa Punto Final de Frecuencia Latina, se trata de una modalidad delictiva, de los procesos de menor cuantía, para “sacar la vuelta” a los procedimientos de control que no requieren ser convocados a una licitación pública, por lo tanto se trata de una forma de evadir a los mecanismos de control.
En ese caso se encuentran involucradas decenas de personas que en algunos casos habrían entregado facturas en blanco, cuyo servicio nunca se habría dado, ya sea por reparación de licuadoras, saneamiento, pintado de locales policiales, etc.
Uno de esos casos es de María Elena Aréstegui, quien actualmente vive en una modesta vivienda en el distrito de La Victoria. Ella habría cobrado en un solo año la suma de 400 mil nuevos soles del Ministerio del Interior, por servicio de mantenimiento de jardines Chimbote, instalación de cortinas en Ayacucho, y haber pegado stickers a los autos policiales.
Aunque todo esto apenas sería la punta del iceberg, porque en el Ministerio del Interior sería parte de una costumbre para desviar fondos públicos
(PY).
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