lunes, 13 de febrero de 2012

Las capturas de los cabecillas



El 12 de Setiembre de 1992, la captura del Abimael Guzmán, el “presidente Gonzalo” para sus seguidores, nos devolvió el respiro y nos quitó esa pesada carga que llevamos a cuestas por tanto tiempo y tantas vidas como destrucción costaron. En aquellos años, la captura del cabecilla más sanguinario de nuestra historia se veía imposible y por entonces como que ya nos habíamos acostumbrado a esos tormentosos tiempos que los jóvenes de hoy desconocen. Se les hace creer que fue una guerra, como si dos ejércitos se hubiesen enfrentado y no una banda de fanáticos que quiso destruir el estado e instaurar uno a punta de sangre y violencia. Vimos el resultado de los servicios de inteligencia y a un Guzmán enjaulado que no dejaba de vociferar y decirnos que su lucha no había concluido.
El 14 de Julio de 1999 es capturado Oscar Alberto Ramírez Durand (a) “Feliciano”, el segundo en la cadena de mando de la organización terrorista. “Tres Tres”, el seudónimo del general Eduardo Fournier, y su grupo de comandos “Llanero”, se apostaron cerca de la quebrada de Vilcacoto, a orillas del río Shullcas, en Huancayo, para hacer seguimiento a la columna que dirigía el cabecilla senderista. Cuando “Feliciano” decide salir de su guarida es capturado en Cochas. Las imágenes de un “Feliciano” prisionero, cuando se le quita la capucha, son hasta cierto punto cDEFANGED_DEFANGED_Onmovedoras. Un hombre abatido, débil, confuso y temeroso. Quién podría creer que fue sanguinario, cruel y sádico hasta con su propia gente.
La “Operación Perú”, en el 2012, da sus resultados y cae Florindo Eleuterio Flores Hala (a) “Artemio”. La captura del cabecilla narcoterrorista nuevamente se destaca por el trabajo de los servicios de inteligencia. Se dice que éstos habrían tomado contacto con algunos de sus seguidores y fueron ellos mismos quienes le dispararon, hirieron y lo abandonaron a su suerte en medio de la selva. “Artemio” herido es conducido al hospital e intenta sobreponerse a su caída final. Han pasado 20 años y para él y otros senderistas es como que recién estuvieran comenzando su trajín.
Sendero Luminoso es una ideología. Es un pensamiento de largo alcance que busca la destrucción del estado y del sistema actual. Debe ser combatido con inteligencia en todos los niveles de la sociedad, sobre todo en los sectores populares. Sobrevivirá si las condiciones de pobreza extrema, marginación y frustración persistan, así celebremos los éxitos económicos que son dicha para unos pocos y desgracia para el resto. Entonces, habrá quienes estarán dispuestos a enrolarse en sus filas.
Manuel A. Gago

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