martes, 30 de abril de 2013

Obras por impuestos



foto Juan Guevara

Después de la caída del muro de Berlín, Alemania Occidental tenía que igualarse a sus pares de Alemania Oriental, encerrada desde 1961 hasta 1989 en el atraso y la depresión por esa malvada ideología comunista que hasta ahora habla de igualdad en la pobreza. Los alemanes tuvieron que trabajar duro. 1.3 billones de euros fueron transferidos desde la zona occidental para inversiones de restauración e infraestructura de los mismos servicios públicos de los que gozaban los alemanes que quedaron fuera de la órbita soviética. Hicieron fenomenales obras en poco tiempo con un impuesto de solidaridad aportado por todos los ciudadanos. No hubo SNIP que detuviera las urgentes obras. No hubieron alborotadores protestando por el destino del dinero y la razón de cada obra. El consenso fue volver a ser la misma Alemania unida de antes, sin algún poblado diciendo a mí la bonanza económica no me llega.

AFIN (Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional) nos habla de la importancia trascendental que tienen las obras por impuestos, de asociaciones público privadas impulsando la construcción de carreteras, sistemas de agua y desagüe, y todo tipo de infraestructura útil para el desarrollo del país. Más que un discurso es la urgente necesidad de dotar a todo el país de los mismos servicios públicos para hacer que el crecimiento y desarrollo del país nos llegue a todos por igual, para no tener más rezagados ni olvidados ni menospreciados. La tarea, como todo en el Perú, es complicada sabiendo que hay un SNIP (Sistema Nacional de Inversión Pública) que todo lo atrasa o lo detiene, un canon y una renta que no se aprovecha convenientemente, una burocracia corrupta y lenta que vive de la coima y del temor, un TUPA municipal que hasta ahora no entiende eso de la simplificación administrativa y le hace imposible la vida a los vecinos e inversionistas. Pero sobre todo una pésima gestión que no se moderniza y todavía tiene un discurso provinciano, huachafo y engolado.

Si el estado no puede con sus funciones, la iniciativa privada va al rescate de la población. No es posible que muchas carencias sobrevivan por las ineficiencias de un sistema que hasta ahora nadie sabe como corregir. Ese si sería el gran cambio; cuando los ladrones, ociosos y mediocres se queden fuera del sistema público, cuando los políticos pierdan el auditorio de ignorantes e ingenuos que les escuche. Hasta donde sabemos, obras por impuesto ha invertido a la fecha alrededor de 348 millones de soles en 17 proyectos. Es nada para la cantidad de carreteras, colegios y hospitales que faltan construir. Algunas regiones ya entienden de qué se trata y se constituyen como los socios estratégicos de la inversión privada para favorecer a todos sin excepción. 


Manuel A. Gago

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