martes, 5 de noviembre de 2013

¿Un primer ministro diferente?

César Villanueva ha dicho que el tema Conga se resolverá por medio del diálogo. El flamante nuevo primer ministro debe saber que las mesas de diálogo que se instalaron en todos lados no han resultado como se esperaba, que Gregorio Santos y sus compinches antimineros en Julio del 2012 propusieron una mesa de escucha en la que ellos serían los únicos que hablarían. Hay que recordarle que ya no existen mesas de diálogo, que la Presidencia del Consejo de Ministros les ha cambiado el nombre por mesas de desarrollo para hacernos creer que esas reuniones si serán un instrumento válido de concertación para prevenir conflictos. Ha dicho además que el problema de la minería ilegal estaría resuelto el 2014, es decir; según estimaciones muy conservadoras, unas cien mil personas en los próximos 12 meses se quedarían sin trabajo. La minería ilegal en estos últimos 20 años ya no está focalizada en Madre de Dios, Puno y alguna zona de la costa sur sino en casi todas las regiones del país y se asegura que mueve casi o mucho más dinero que el narcotráfico. Ha dicho también que se tomará con calma y serenidad los cambios del gabinete en momentos en los que casi a gritos le piden al ejecutivo el cambio de algunos ministros, como el del interior y el de relaciones exteriores. Un acto político audaz urgente podría confirmarnos que es verdad todo lo bueno que de él dicen.

El ahora congresistas Yehude Simon, quien purgó cárcel acusado de ser miembro del grupo terrorista MRTA, fue designado primer ministro en los años de Alan García porque se decía que era un presidente regional exitoso. Lo mismo se dice de César Villanueva hoy, que su máximo logro es el 95.5% de ejecución del presupuesto en una región en el que el asalto a autobuses es pan de todos los días. Se dice también que su gobierno permitió que se fueran del país algunas empresas petroleras hartas de su indiferencia. Yehude Simon declaró en el Congreso de la República sentirse culpable de las muertes de los policías en el caso de Bagua. César Villanueva nos tendría que decir si él se siente culpable de haber impulsado de alguna manera la figura de Nancy Obregón, quien fuera miembro de su grupo político. Obregón, la ex congresista y ex candidata a la alcaldía de Tocache en San Martín, está en prisión acusada por narcotráfico.

Villanueva ya debe saber que el narcotráfico y el contrabando de oro son las madres de la violencia y de la inseguridad en todo el país, que el actual ministro del interior es un inútil y que lo que se necesita para resolver éste y otros temas es lo que dicen de él, que es un ejecutor que resuelve problemas y no una simple autoridad que sobrevive diagnosticando la realidad social mientras el país espera ya muy impaciente que alguien le comience a solucionar inmediatamente sus problemas.

                                                  Manuel A. Gago
  

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