domingo, 15 de diciembre de 2013

Un Oceano de bausura


El mecanismo de consumo y descarte al que estamos acostumbrados nos ha llevado a consecuencias inimaginables. Hoy, los basurales más grandes del mundo no se encuentran en tierra sino en el océano. Y la basura ya cubre el 40% de los mares, lo que equivale a un cuarto de la superficie terrestre.

La mancha de basura más grande del planeta se encuentra en el océano Pacifico, entre Japón y Hawaii. Este gigantesco monumento al desperdicio de la era moderna ocupa un área equivalente a dos estados de Texas juntos y, en algunas partes, alcanza los 30 metros de profundidad.

Esta isla de basura contiene nada menos que 3,5 millones de toneladas de residuos, de los cuales el 90% es plástico, como botellas, juguetes, encendedores y bolsas provenientes de todos los rincones del mundo.

El plástico es un material que no se degrada. Todo el plástico que existió en toda la historia de la humanidad sigue estando presente en el planeta. No desaparece nunca, solo se foto-degrada por acción del sol y se divide en partes menores que continúan contaminando suelos, ríos y océanos. Solo en el océano Pacífico, hay 6 veces más plástico que plancton.

Los pájaros y los peces confunden el plástico con comida, especialmente a las tapitas de envases de bebidas, y mueren tras ingerirlas. En noviembre de este año, en las costas holandesas, se halló una ballena muerta con más de 20 kilos de plástico en su estómago.

El gran parche del Pacífico es una odiosa ilustración de cómo ignoramos las consecuencias negativas del consumismo moderno. En los últimos 50 años, consumimos más bienes que en todas las generaciones anteriores juntas. Desde 1980, consumimos más de un tercio de los recursos naturales del planeta, incluyendo bosques, peces, minerales y metales, entre otros.

Una gran parte del problema tiene que ver con que muchos de nuestros comportamientos como consumidores se volvieron tan habituales que nos cuesta entender el impacto de nuestras acciones. Paralelamente, según explican los psicólogos, nuestra psiquis no está preparada para entender las consecuencias de toda la especie de manera acumulativa.

Por ejemplo, si el billón de computadoras personales que hay en el mundo se apagaran por una sola noche, se ahorraría suficiente energía para iluminar al edificio Empire State por más de 30 años.

¿Qué puedo hacer?


Reduce tu consumo de bolsas plásticas: cada vez que vayas a la farmacia, al supermercado o a hacer cualquier compra, lleva bolsas reutilizables.
Compra bolsas de residuos biodegradables

Prefiere los envases retornables

Al elegir un producto, prefiere los fabricados con materiales reciclables, como la madera o el metal
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