martes, 14 de octubre de 2014

La Feria Dominical de Huancayo



Nicolás Matayoshi nos da un gran respiro, una esperanza después de la batahola electoral. La Feria Dominical de Huancayo es el reciente libro del reconocido escritor, poeta, ensayista e investigador huancaíno. Hay ferias en todos lados, pero la de Huancayo tiene un nombre bien ganado. Dice Nicolás: “En esos años, aún era posible encontrar a los notables y sus familiares recorriendo la feria después de la misa, los ´niños bien´ con vestidos domingueros , las niñas ´de buena familia´ con sus vestidos almidonados, y los señores de gastados señoríos saludando y conversando en la plaza de la Constitución”. De la tan mentada feria, del “empuje” huanca y de su habilidad por el comercio, se ha dicho mucho. El libro de Nicolás nos descubre a reconocidos autores, como José María Arguedas, escribiendo sobre la feria instalada en el camino imperial que unía Quito con Cusco, pasando por los territorios huancas, convertido después en tránsito colonial. Allí se apostaron, expuestos en un mercado sin restricción alguna, para envidia de los liberales, la sombrerería de Cajas, la arriería de Chupaca, la platería de San Jerónimo, los tejidos de Hualhuas, los mates de Cochas y tantos otros al lado de los caldos y la humareda de los aderezos en ollas de barro, al costado de una variada, colorida, fresca y olorosa decenas de productos agrícolas de procedencia regional. Una feria más allá de qué te vendo, qué te compro. Un verdadero encuentro de culturas entre los mismos locales y los de ultramar, llegados vía el tren más alto del mundo. “El aroma inconfundible de nuestra tierra” os espera. Enhorabuena Nicolás.

Manuel Gago Medina

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