foto Juanse Guevara |
Amigos; por ética y sentido humano nadie debe alegrarse por las desgracias ajenas. En tal convicción, el caso que motiva este comentario, no me alegra; sin embargo, dada las circunstancias y el abuso de poder que vivimos en Junín, considero, dentro de lo que corresponde al espacio público y al ejercicio del derecho a ciudadanía que me asiste, opinar sobre la diligencia del Ministerio Público, que hoy es noticia.
Considero que el allanamiento del inmueble del gobernador de Junín (Unchupaico) investigado por colusión cuando alcalde del distrito de El Tambo, es buen mensaje para la necesidad de llegar a la verdad y que se haga justicia; pero desde mi perspectiva, es una acción mínima e insuficiente ante la multitud de indicios muy razonables de corrupción que son más evidentes en la gestión regional que va a concluir dentro de dos semanas.
Además, considero que en la situación de Junín son necesarias investigaciones más amplias, a fin de identificar a los integrantes -de existir- de la red de corrupción que ha ubicado a nuestro departamento entre los tres más corruptos del país en los últimos 15 años (lo que hace presumir de su existencia y "buena" organización).
En tal sentido, ante la vergonzosa defección de los congresistas por Junín, las instancias pertinentes de las instituciones competentes deben programar evaluar el sustento y debido proceso de las denuncias archivadas por las fiscalías, sentencias absolutorias del Poder Judicial, informes de Contraloría y las resoluciones y procedimientos seguidos por el órgano electoral en elecciones en las que fueron cuestionadas las candidaturas de este ciudadano.
Si no hay eso, nunca llegaremos a la verdad. Opino.
Pedro Morales Mansilla
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