Una vez más cientos de pasajeros pugnan por retornar a la capital y los transportistas amparados a la ley de la oferta y la demanda cobran literalmente ‘lo que quieren’, concertando sus precios a vista y paciencia de nuestras autoridades (pese que está prohibido) y nadie, absolutamente nadie se atreve poner coto a este asunto.
Ya es normal que cada festividad este ‘galpón’ al que mal llamamos terminal acabe con los vidrios rotos, por la furia e impotencia de los cientos de pasajeros que pugnan por volver a su destino.
Desde hace años el pueblo reclama con justa razón que la ruta de Huancayo – Lima sea liberalizada y de esa manera terminar con los abusos de los transportistas, obviamente estas unidades de transporte tendrán que cumplir los requisitos mínimos que establece la ley.
Pero ¿Por qué no se ha logrado conseguir esta liberalización de rutas en fechas especiales? Es que hay fuertes intereses económicos las que sustentan las campañas políticas de las autoridades de turno las que no pueden ir en contra de sus patrocinados y hay que protegerlos a costa del bolsillo del pueblo.
A esto hay que sumarle la actitud timorata y genuflexa del director Regional de Transportes y Comunicaciones Ricardo Barzola que por iniciativa y decisión personal no se atreve a parar este abuso.
Hasta hoy está esperando ‘la orden’ de su líder y mentor Vladimir Cerrón para emitir una resolución directoral declarando vía libre la ruta hacia la capital, justificando su inoperancia ha señalado que tiene que reunirse con las demás autoridades para tomar la decisión.
¿Y mientras tanto? Tendremos que seguir soportando el abuso y la prepotencia de estos malos transportistas que sólo piensan en sus bolsillos y no en la pobreza de la gente. Declarando ruta libre la vía Huancayo - Lima cualquier transportista que tenga su unidad en buenas condiciones podrá hacer el servicio y eso no les conviene a este grupo de empresas privilegias que dejarían de obtener buenas ganancias a costa y del sufrimiento de la gente más pobre quienes viajan a la capital por motivos de trabajo, salud, enfermedad y no haciendo turismo como creen. Si no corregimos esta situación ahora mañana puede ser demasiado tarde.
Javier Briceño Torres
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