domingo, 29 de julio de 2012

De Jauja al paraíso profano










Por Raúl Varillas Estrada


De Jauja sabemos de ciertas historias –algo borrosas– sobre su pasado. Que fue la primera “ciudad” fundada en los reinos del Perú por don Francisco Pizarro y luego abandonada a su suerte por sus condiciones adversas para los necesitados aventureros extremeños, quienes se asentaron mejor al clima blando de la que fuera conocida como La Ciudad de los Reyes. Ante esto tenemos “Historia y leyenda de la tierra de Jauja” (Fundación M. J. Bustamante De la Fuente, 2012), antología de ensayos y documentos que giran alrededor del misterioso nombre, no el territorio del centro peruano, el real, ya que el primero fue objeto de muchas historias y leyendas que alborotaron las mentes europeas siglos atrás.

El libro explora en la historia detrás del nombre, en sus viajes y transformaciones, en los diversos cruces con grandes mitos medievales sobre tierras de abundancia, de mundos al revés, de comportamientos festivos y carnavalescos que el descubrimiento del continente ultramarino despertó en el cúmulo de referentes populares y tradicionales que generaron una cartografía maravillosa de países imaginarios, de paraísos terrenales e islas imposibles de hallar, cartografías que traspasaban las fronteras de la ficción y la realidad. De Cocagne a Cucaña y de Chacona a Xauxa, la resonancia del nombre produjo una serie de textos que la percibían como ese paraíso destinado para esos hambreados españoles que se aventuraron a sortear la incertidumbre peninsular.

Jauja fue sinónimo de riqueza y felicidad, pero también de escarnio y tomadura de pelo para quien creyese en sus bondades, como lo demuestra Lope de Rueda en una farsa que forma parte de la antología, “La tierra de Jauja”. El libro cuenta, además, con el trabajo pionero de Françoise Delpech, quien realiza un hermoso recorrido sobre los avatares del nombre que motivó también las reflexiones de otros estudiosos entre los que destacan Carlos Urani Montiel, Manuel González de La Rosa, Rosa Pellicer y el propio Rivera Martínez, entre otros.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario