foto Juan Guevara |
Este proceso de reactivación e intensificación de los narcovuelos involucro a varias regiones (Pasco, Huánuco, Ucayali, Cusco, Ayacucho, Loreto) y el VRAEM, particularmente el Río Ene y el distrito de Río Tambo. Hasta hace más de un mes el número de pistas clandestinas en funcionamiento en estas dos zonas del VRAE eran seis pistas. Y, en la parte del Bajo Urubamba, distrito de Echarate, La Convención, Cusco, había una pista.
En total, siete pistas utilizadas por avionetas colombianas y bolivianas. Sin embargo, debido a visibilización de la pista clandestina del Bajo Urubamba, en Quitaparai, la marina la dinamito. Lo mismo ocurrió en el valle del Río Ene, debido a la denuncia de los comités de autodefensa de Río Tambo, dos pistas fueron destruidas en el Ene. Así, quedaron activas o potencialmente activas cuatro pistas clandestinas.
¿Qué pasado después de la destrucción de la pista de Quitaparai y las dos pistas del Ene? Los narcotraficantes locales, en coordinación con las organizaciones bolivianas y colombianas, han construido dos pistas clandestinas nuevas. Uno, en el sector de Bellavista, perteneciente al distrito de Pichari, al frente de Mayapo, en Llochegua. Dos, en la playa (río, claro) de Paveni, ubicado en el distrito de Río Tambo, perteneciente a Satipo, Junín.
En concreto, el narcotráfico ha construido dos pistas clandestinas que sustituyen a las dos pistas que fueron destruidas el me de junio pasado en el Río Ene. Pero, ahí no queda todo. Según fuentes del Bajo Urubamba, los narcotraficantes han rehabilitado la pista de Quitaparai, que fuera dinamitado el mes de mayo pasado. "Lo hicieron semanas después que lo dinamitaron", cuenta un técnico que trabaja en la zona.
Los hechos descritos, demuestran que los narcotraficantes locales e internacionales están empeñados en privilegiar el uso de la pistas clandestinas para sacar los cargamentos de cocaína del VRAE en las narcoavionetas rumbo a Bolivia y, después, a Brasil. El narcotráfico esta, pues, muy activo. El Estado, ni las FFAA, no lo están.
Jaime Antezana
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