foto Juanse Guevara |
Una información detallada de la emboscada a policías del viernes 22 de setiembre pasado, ocurrido entre Mazuko y Puerto Maldonado, Madre de Dios, publicada por el diario El Comercio demostró la principal hipótesis que suscito este hecho: el surgimiento de un grupo armado con control del escenario y, sobre todo, capacidad de fuego para emboscar policías en la principal zona de minería ilegal del país.
Los costos sociales lo demuestran: "En la emboscada fue asesinado el suboficial Jhony Cáceres Gonzales y otros cuatro agentes quedaron heridos" (http://elcomercio.pe/…/despedida-policia-asesinado-madre-di…). O sea, un policía muerto y cuatro heridos, incluyendo al comandante; y no tres efectivos policiales como se informo inicialmente.
Eso no es todo. Otro dato nuevo que refuerza la capacidad de fuego de este grupo armado lo revela el mismo informe El Comercio: "La evidencia que recogió la policía ayer (el domingo 24) en La Pampa revela la extrema violencia del ataque. En el suelo se hallaron más de 90 casquillos de armas como fusiles, pistolas, escopeta e incluso de una metralleta tipo UZI" (Ibid).
Este tipo de accionar armado o emboscada -que quede bien claro- no es obra de simples sicarios o grupo de sicarios que eventualmente asaltan oro o ajustan cuentas. Es un ataque que requiere planificación, dominio del área y capacidad de fuego y factor de sorpresa. Todas esos elementos han concurrido en la emboscada que sorprendió a los policías de la zona y al país.
En ese sentido, la emboscada a los policías que iban en cuatro motos con sus armas y algunos vestidos de civil, el primero que ocurre en Madre de Dios, es la notificación cruel y letal que ha surgido un grupo armado con capacidad de emboscar policías vinculado al asalto de oro y la minería ilegal que, hace muchos años, destruye salvajemente y sin resistencia estatal el bosque primario de esta zona.
Minería ilegal que esta asociado con el lavado de activos del narcotráfico, la trata de personas, trafico de armas y meretricio clandestino. Minería ilegal e informal que, como el narcotráfico, es el crisol en el que se funden estas actividades criminales. Ese ha sido el magma que explica el origen a este grupo armado. Dos cosas más: este grupo no tiene vinculación con el clan Quispe Palomino que opera en el VRAEM ni con el terrorismo.
Si bien esta descartado que haya sido una narcoemboscada como las que ocurre en el VRAEM, es decir una acción armada por decomisos de drogas, insumos químicos o por robo de la merca (droga) que pasa libremente por toda la interoceánica que une Puno, Cusco y Madre de Dios con Brasil, no se puede descartar que el narcotráfico este a la base del surgimiento de este grupo armado.
Ahora, solo queda esperar que el ministro del interior, Carlos Basombrío, cumpla con su promesa de capturar y castigar a los delincuentes que perpetraron esta presunta minero-embocada en esta zona que, pese a su enorme belleza y diversidad, es una zona -hace buen tiempo- liberada de la minería ilegal y el narcotráfico. Dos problemas que el Estado no lo enfrenta frontalmente.Jaime Antezana Rivera.
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