Las principales enfermedades transmisibles por insectos y animales que habitan en estos focos infecciosos son peste bubónica, fiebre tifoidea, enfermedad de chagas, salmonelosis, cirticercosis y sobre todo enfermedades gastrointestinales de origen parasitario, bacteriano y/o viral con incidencia alta, señaló el coordinador regional de la estrategia sanitaria de zoonosis de la DIRESA-Junín, M.V. Román Bances Santamaría.
”La población está en riesgo de poder contraer estas enfermedades por el contacto directo con la orina, heces, pulgas de ratas, mordeduras de arañas, picaduras de piojos, y sobre todo por beber agua contaminada e ingerir carne contaminada de cerdo, por lo que alertamos a los pobladores que moran por este lugar a acudir al establecimiento de salud más cercano para ser atendido oportunamente y prevenir enfermedades”, precisó el especialista.
De otro lado, instó a las autoridades locales a preocuparse en orientar a los ciudadanos a que puedan criar a sus animales en corrales. Asimismo, recomendó a la ciudadanía a consumir hortalizas frescas debidamente lavadas, hervir el agua antes de consumirla e identificar que sea segura, es decir, potable.
Los vectores entre otros: moscas, mosquitos, ratas y cucarachas, que además de alimento encuentran en los residuos sólidos un ambiente favorable para su reproducción, lo que hace que los residuos se conviertan en un “caldo de cultivo” para la transmisión de enfermedades, que pueden ir desde simples diarreas hasta severos cuadros de tifoidea u otras enfermedades de mayor gravedad.
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