Sor Teresita, una monja española de 103 años, abandonará esta semana el convento en el que vive en clausura desde hace 84 años para conocer a Benedicto XVI, durante la visita que realizará a España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.
Esta será la segunda vez que la religiosa salga del convento de Buenafuente del Sistal, situado en la provincia española de Guadalajara (centro), y en esta ocasión lo hará para reunirse con el Papa, invitada expresamente por la Nunciatura del Vaticano en España.
La madre María, superiora de la congregación, explicó a Efe que sor Teresita mantiene intactas todas sus facultades mentales, y apenas tiene que ayudarse de un andador para realizar sus actividades por el recinto religioso, por lo que "está muy ilusionada con esta salida para conocer al Santo Padre".
Natural de la localidad de Forondas (Álava, norte de España), la veterana religiosa ingresó en el convento de Buenafuente el mismo día del nacimiento del hoy Papa, Benedicto XVI, el 16 de abril de 1927.
"Durante la Guerra Civil española (1931-1936), esto quedó en zona "roja" (controlada por el bando republicano) por lo que las hermanas tuvieron que huir y abandonar el convento, si bien Sor Teresita se quedó con otra monja en una casa del pueblo cuidando a una compañera que estaba enferma hasta su recuperación", indicó la madre María.
La superiora añadió que después "aprovecharon para irse a un convento de Medinaceli (Soria, centro), de donde regresaron un año y medio después".
Durante esos 84 años, Sor Teresita ha pasado por el cargo de Abadesa, desde 1951 a 1972, y luego fue cocinera hasta pasados los 95 años, en que las fuerzas físicas, "que no mentales", le empezaron a flaquear y tuvo que conformarse con ejercer de pinche, labor que aún hoy sigue realizando entre fogones, verduras y croquetas.
La religiosa sigue teniendo buenas manos y buena cabeza, tanto que es la primera que se levanta, a las cinco de la mañana, cuando el sol aún no ha despuntado, y acude puntualmente a sus oraciones en el coro tanto sola como acompañada.
El próximo viernes, un vehículo la transportará a Madrid para que esté en presencia del Papa durante la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra esta semana en la capital española.
El programa quiere quedarse un poco en secreto, "para que no se le atosigue mucho, pues a pesar de estar tan bien, no olvidemos que tiene 103 años y estas cosas le pueden cansar, además de que ella no quiere ser protagonista de nada", señaló la superiora, que en estos días no deja de atender el teléfono.
En Madrid, Sor Teresita conocerá a Benedicto XVI y podrá ver también a las decenas de miles de jóvenes llegados de numerosos países que hoy comenzaron a inundar las calles de la ciudad.
Dos días antes de la llegada del Santo Padre, la capital española luce ya blanca y amarilla, los colores de la bandera vaticana, y los elegidos por los peregrinos para hacerse notar como protagonistas de la Jornada Mundial de la Juventud que arranca hoy hasta el domingo.
Esta será la segunda vez que la religiosa salga del convento de Buenafuente del Sistal, situado en la provincia española de Guadalajara (centro), y en esta ocasión lo hará para reunirse con el Papa, invitada expresamente por la Nunciatura del Vaticano en España.
La madre María, superiora de la congregación, explicó a Efe que sor Teresita mantiene intactas todas sus facultades mentales, y apenas tiene que ayudarse de un andador para realizar sus actividades por el recinto religioso, por lo que "está muy ilusionada con esta salida para conocer al Santo Padre".
Natural de la localidad de Forondas (Álava, norte de España), la veterana religiosa ingresó en el convento de Buenafuente el mismo día del nacimiento del hoy Papa, Benedicto XVI, el 16 de abril de 1927.
"Durante la Guerra Civil española (1931-1936), esto quedó en zona "roja" (controlada por el bando republicano) por lo que las hermanas tuvieron que huir y abandonar el convento, si bien Sor Teresita se quedó con otra monja en una casa del pueblo cuidando a una compañera que estaba enferma hasta su recuperación", indicó la madre María.
La superiora añadió que después "aprovecharon para irse a un convento de Medinaceli (Soria, centro), de donde regresaron un año y medio después".
Durante esos 84 años, Sor Teresita ha pasado por el cargo de Abadesa, desde 1951 a 1972, y luego fue cocinera hasta pasados los 95 años, en que las fuerzas físicas, "que no mentales", le empezaron a flaquear y tuvo que conformarse con ejercer de pinche, labor que aún hoy sigue realizando entre fogones, verduras y croquetas.
La religiosa sigue teniendo buenas manos y buena cabeza, tanto que es la primera que se levanta, a las cinco de la mañana, cuando el sol aún no ha despuntado, y acude puntualmente a sus oraciones en el coro tanto sola como acompañada.
El próximo viernes, un vehículo la transportará a Madrid para que esté en presencia del Papa durante la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra esta semana en la capital española.
El programa quiere quedarse un poco en secreto, "para que no se le atosigue mucho, pues a pesar de estar tan bien, no olvidemos que tiene 103 años y estas cosas le pueden cansar, además de que ella no quiere ser protagonista de nada", señaló la superiora, que en estos días no deja de atender el teléfono.
En Madrid, Sor Teresita conocerá a Benedicto XVI y podrá ver también a las decenas de miles de jóvenes llegados de numerosos países que hoy comenzaron a inundar las calles de la ciudad.
Dos días antes de la llegada del Santo Padre, la capital española luce ya blanca y amarilla, los colores de la bandera vaticana, y los elegidos por los peregrinos para hacerse notar como protagonistas de la Jornada Mundial de la Juventud que arranca hoy hasta el domingo.
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