Por la apatía y el desinterés de Vladimir Cerrón, presidente del Gobierno Regional Junín, los niños de este olvidado centro poblado no pueden estudiar; resulta que su local ha escolar ha sido derrumbado por que presentaba riesgo inminente para la seguridad de los ocupantes requiriéndose un presupuesto de 59 mil soles para ejecutar la loza donde se debería instalar las aulas pre-fabricadas que llegaron a este lugar hace ya varios meses, las que se están deteriorando por la lluvia y el sol.
De nada valió el apoyo de las concejeras de las provincias de Chupaca y Concepción, que acompañaron a la comisión de padres de familia y al director del plantel, Bernardo Bosa, a la sede del Gobierno Regional, para exigir el presupuesto al mismo Presidente Regional, quien se desentendió del problema señalando que eran las autoridades locales y provinciales las que deberían aportar con el presupuesto señalado.
La Verdad, llegó hasta el lugar para comprobar en qué situación estudian estos niños pobres, y que encontramos fue un cuadro deprimente: la escuela no existe, esta derrumbada totalmente, y los pequeños aún no han retornado a sus aulas, tal como lo dispuso el director Regional de Educación; más aún, el terreno de la escuela es utilizado por vecinos de la zona para el pastoreo de sus animales, aprovechando la ausencia de los alumnos y los profesores.
Aulas prefabricadas abandonadas
Por denuncia de los padres de familia acudimos a otro terreno, donde pudimos comprobar el descuido de las autoridades de educación, quienes dejaron las aulas pre-fabricadas para ser instaladas; sin embargo, estas se encuentran deteriorándose, las que representarán un grave peligro para los niños al momento de utilizarlas.
¿Dónde quedó la tan mentada modernización educativa?, sí a solo 20 minutos de Huancayo la situación es deprimente; peor aún, ¿dónde quedó la promesa de Vladimir Cerrón? quien en campaña política dijo que durante su gobierno los niños iban a ser los primeros, y la educación sería su principal arma para combatir la pobreza y atraso de nuestro pueblo.
Javier Briceño Torres
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